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El Partido Popular Europeo bendice la alianza con la extrema derecha en Italia

El Partido Popular Europeo bendice la alianza con la extrema derecha en Italia

El Partido Popular Europeo (PPE) ha decidido tragarse el sapo italiano de las próximas elecciones. Su presidente, Manfred Weber, se ha plantado en Roma este martes para bendecir la coalición que formará Forza Italia con los partidos de extrema derecha de la Liga y Hermanos de Italia. Hay conversaciones profundas todavía y, fuera de micrófonos, preocupan algunos aspectos. Pero la operación pública consiste en apoyar sin matices el matrimonio de la filial de los populares en Italia con Giorgia Meloni y Matteo Salvini y presentarse como garantía de la moderación a través de la presencia de Silvio Berlusconi en el artefacto resultante. Weber evitó todo el tiempo referirse a la naturaleza política de los socios de Forza Italia y se limitó a repetir que el programa de la coalición que ha leído garantiza la adhesión a los valores europeos y atlánticos. “El programa, desde el punto de vista europeo, es completamente del PPE. Los detalles serán discutidos, pero el comienzo es bueno”.

El PPE ha decidido ser pragmático y mirar hacia otro lado. El partido ha desaparecido de los gobiernos de las principales economías de la zona euro. No queda mucho más a lo que agarrarse que las próximas opciones que se abren en Italia y España, aunque toque disculpar o evitar pronunciarse sobre partidos que hasta hace poco se han declarado abiertamente euroescépticos o no han escondido su promiscuidad con el Kremlin y han desafiado a la Unión Europea cuando han estado en el poder (en este caso sería la Liga). Las encuestas dan un apoyo demasiado bajo a Forza Italia (no llega al 10%) y la coalición es necesaria para mantener el poder en Europa, donde ahora mismo el PPE está sobredimensionado en las instituciones comunitarias: presidenta de la Comisión (Ursula Von der Leyen), presidenta del Parlamento (Roberta Metsola) y presidente del Eurogrupo (Pascal Donohoe).

Weber, que se había reunido por la mañana con Silvio Berlusconi, compareció junto a Antonio Tajani, cabeza visible de Forza Italia, en una rueda de prensa en la Asociación de la Prensa Extranjera de Roma el martes por la tarde. Una puesta en escena que ansiaba el partido que fundó Berlusconi en 1993, cuyas secretarias se dedicaron el día anterior a llamar a todos los medios internacionales para asegurarse su presencia. Según el presidente del PPE, conviene votar a la coalición de derechas por dos motivos fundamentales. “Italia necesita estabilidad. Y lo que se ve en la izquierda no da ninguna idea de eso para el país. Ni a través de Enrico Letta [secretario del Partido Democrático], ni de Giuseppe Conte [líder del Movimiento 5 Estrellas] o de Matteo Renzi. Están desunidos. Pero el centroderecha está preparado para gobernar junto y con responsabilidad”, explicó. “Además, se necesita experiencia y conocimiento. Y es evidente que Forza Italia es el partido que tiene más dentro de la coalición”, apuntó.

Weber obvió las continuas tensiones que mantienen los tres socios de la coalición, que no fueron capaces de ponerse de acuerdo en la elección del presidente de la República en febrero. También evitó entrar en los orígenes posfascistas de Hermanos de Italia (en Alemania, la CDU aplicó un cordón sanitario al xenófobo Alternativa para Alemania) o en los tics autoritarios mostrados por Matteo Salvini cuando era ministro del Interior. La política migratoria que defiende el líder de la Liga —parte de la campaña está basada en el cierre de puertos que ya aplicó cuando era ministro aprobando decretos al límite de la Constitución— no responde a los principios de la Unión Europea. “La política migratoria son dos caras de una misma moneda. Primero, la solidaridad y los principios de asilo europeos y cristianos. Y luego, hay que ser claro en que se deben respetar las leyes y las regulaciones. En los últimos meses, hemos unido fuerzas defendiendo fronteras. Incluso en España un socialista como Sánchez lo hizo en Melilla”, apuntó, endureciendo el discurso para encajarlo con el de sus socios.

El PPE culmina así una operación de lavado de imagen de sus socios llevada a cabo con esmero por Hermanos de Italia en los últimos meses. Giorgia Meloni, presidenta del grupo que ha lanzado mensajes contundentes a favor de la Unión Europea y de la OTAN, ha renegado explícitamente (por primera vez) del fascismo que inspiró los primeros pasos de su carrera política y ha prometido que la política internacional de su Ejecutivo sería la misma que la del Gobierno de Mario Draghi. Tanto es así, que hoy en Europa preocupa más la alianza con la Liga de Matteo Salvini que con la propia Meloni. Los escarceos de Salvini con Marine Le Pen, Alternativa para Alemania (forman parte del mismo grupo europeo) o los polacos del PiS preocupan mucho más. Además, Salvini se encuentra en caída libre y es cada vez menos útil.

El terreno queda así allanado para futuros pactos en otros países, como el que presumiblemente podría verse obligado a certificar en España el PP con Vox, socio de Hermanos de Italia en Europa, antes o después de las elecciones generales si Alberto Núñez Feijóo quiere llegar a la Moncloa.

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