Casi un año ha pasado desde que Elena Tablada y Javier Ungría confirmasen los rumores: su historia de amor había llegado a su fin. Después de darse el ‘sí, quiero’ en 2018 con una boda secreta celebrada en La Habana -y tras dar la bienvenida a su hija Camila- la pareja anunciaba su separación a través de la red, dejando entrever que no lo hacían en buenos términos. Ahora, en plenos trámites legales, se ha podido conocer el último movimiento que les ha vuelto a enfrentar: un detective.
Elena Tablada y Javier Ungría caminando / Gtres
Tras los pasos de Javier Ungría
En plena guerra mediática, ha salido a la luz que la diseñadora contrató un detective privado para seguir cada paso de su ex marido. Así lo anunciaba el empresario hace tan solo unos días, dejando claro que este movimiento había sido motivado por una sospecha de infidelidad. Pero nada más lejos de la realidad. Tras conocer esta información, ha sido Elena la que ha dado un paso al frente y, sin miedo, ha revelado los motivos por los que llevó a cabo esta investigación.
Según ha informado Almudena del Pozo en Así es la vida, la diseñadora decidió contratar un detective privado una vez finalizada su relación, no durante esta: «Es algo habitual cuando hay un proceso de divorcio». Al parecer, nada tiene que ver con la sospecha de infidelidad, sino más bien con una cuestión económica a raíz del juicio que tienen pendiente. «Hay que demostrar muchas cosas para temas de custodia», ha añadido la periodista. Pero esta situación está haciendo mella en Tablada y, por ende, también en sus hijas. Tanto es así que ha confesado a Almudena que está «cansada, harta y triste», pero que lo que le hace seguir para adelante es ver a sus dos hijas juntas. «Espero que este capítulo se cierre pronto de una manera sensata y no como está sucediendo, que parece más una pelea de gatas que la separación de unos padres velando por el bien de las menores», ha sentenciado la diseñadora.
La confirmación de su ruptura
Fue en agosto de 2022 cuando Elena Tablada dio un paso al frente y, con un mensaje contundente, confirmó su separación de Javier Ungría. «Después de seis años y una preciosa relación, a pesar de que ninguna relación es un camino de rosas, hemos decidido dar un pare para así poder respirar y ver en qué consiste realmente la felicidad. Confío en el plan que tiene Dios para mí, para mi familia y en que el tiempo nos haga valorar lo afortunados que somos», dijo entonces, haciendo entrever que habían terminado en buenos términos y que velarían por el bienestar de la hija que tienen en común. Pero no fue así y los primeros reproches no tardaron en llegar.