La condición de confidente de María Teresa Campos que Gustavo Guillermo ha ostentado desde que empezara a trabajar con ella hace 33 años le ha servido para vivir todo tipo de situaciones. Hablar de la familia de su jefa es hacerlo de uno de los clanes más mediáticos de la televisión de este país. De la matriarca a sus nietas, todos han sido parte importante del mundo de la comunicación, del mismo modo que también son generadores continuos de riñas intrafamiliares, polémicas y demás asuntos interesantes para la opinión pública.
De Gustavo siempre han dicho que ha sido un hombre «que merece una medalla de oro» por su encomiable labor para con María Teresa. Así nos lo ha transmitido siempre su entorno cuando hemos buscado respuestas a diferentes controversias que tenían al chófer como protagonista. Nunca ha tenido el favor absoluto de las hijas de la presentadora y la desconfianza pululaba por el ambiente cada X tiempo. También nos decían de él que «vale más por lo que calla», dejando entrever que guardaba información comprometida que prefirió no desvelar por respeto y cariño a su jefa. «Ya llegará mi momento…», respondía él.
Gustavo Guillermo / GTRES
Y llegó. Lo hizo de la manera más triste posible, motivado por el fallecimiento de la mujer que ha cuidado desde que tenía 19 años. La desaparición de María Teresa y su fichaje por GH VIP 8 le conferían un aumento de exposición indudable y quizá un vehículo sencillo para empezar a contar su verdad, esa que ha mantenido silenciada. En otras palabras, le dejaba el camino despejado. Sin embargo, Gustavo no está aprovechando esa oportunidad. Al menos, no de momento.
Su desembarco en un reality supone un peaje: ha comprometido su imagen pública. Se ha metido en un concurso de telerrealidad ajeno al qué dirán. Todos los que han estado cerca sin ser familia entendían que todo ese riesgo merecía una recompensa, pero nada más lejos de la realidad. Todos conocemos a Terelu y Carmen, todos vamos a conocer a Gustavo o por lo menos eso creíamos, pero existe un grupo de personas que todavía esperan que se sepa la verdad.
El sorpresivo silencio de Gustavo
Look ha podido saber por fuentes muy cercanas al entorno de María Teresa que existe una gran preocupación por Gustavo entre los que más querían a la periodista. La imagen que estamos viendo del concursante que estamos viendo en GH VIP no es ni la sombra del hombre que conocían. Los allegados a María Teresa que habían sufrido la situación albergaban la esperanza de que GH VIP fuera el foro definitivo para que el conductor diera a conocer la verdad que él decía callar durante años, y, de alguna manera, hacer así justicia a María Teresa.
Gustavo Guillermo / Telecinco
Los hechos van por otro lado. Ese núcleo duro que aún sigue recordando a la presentadora ha tenido que ver la imagen de una persona «llena de culpa» y que «no se está expresando libremente». Las personas con las que este digital ha hablado se muestran sorprendidas con la actitud pasiva que ha tomado Gustavo: «Tiene que ser valiente y se quite la culpa porque es un tío de medalla de oro, porque lo ha hecho por María Teresa no lo ha hecho por nadie. Ya es libre para hablar porque ella no está». Además, esperan una reacción por su parte: «De qué vamos a defender a Gustavo si el que se tiene que defender es él y no lo está haciendo. ¿Por qué tiene que tener vergüenza? «, se quejan.
El entorno cercano a la Campos cree que la concordia que el conductor muestra con las hijas de María Teresa ha podido afectar: «Todo lo que sabe se lo calla porque quiere una unión con las hijas y nietas de Teresa» a quienes señalan: «Han sido incapaces de ir defenderlo de las injurias que se han dicho de él». En este sentido, solo su pareja Ainhoa es la persona que está dando la cara en el plató de Mediaset por Gustavo, algo que, según nos cuentan, empieza a pasarle factura: «Ainhoa está cansada y se empieza a agotar. Le han hecho muchísimo daño porque ella quería permanecer en el anonimato».
Ainhoa, pareja de Gustavo /Mediaset
¿Es todo lo anterior una estrategia de Gustavo Guillermo? ¿Maneja él el timing de su relato? Quien lo conoce descarta esta posibilidad por completo: «No es una estrategia porque no tiene vueltas, no tiene maldad».
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