Si lo que parece inminente llega a concretarse en una invasión rusa de Ucrania morirían 50.000 civiles, el Gobierno de Volodímir Zelenski caería derrotado, se tomaría Kiev en cuestión de días y la consecuente crisis humanitaria dejaría hasta cinco millones de refugiados esparcidos por Europa, según los últimos informes del Pentágono y el espionaje norteamericano que EE UU ha compartido con congresistas y sus aliados europeos esta semana, según informa el diario The Washington Post. Una información del The New York Times, a su vez, asegura que Rusia ya ha logrado reunir el 70% de las fuerzas que necesita para invadir toda Ucrania.
El Pentágono ya había advertido la semana pasada de que Rusia acumulaba tropas suficientes en la frontera para invadir entera la antigua república soviética, que no concentraba tantos soldados desde la Guerra Fría. Ahora, la preocupación crece ante el continuo envío de unidades de combate tanto a la frontera rusa con Ucrania como a Bielorrusia. Siempre según el Post, fuentes conocedoras de la situación aseguran que hasta el pasado viernes, se habrían desplegado 83 batallones de grupos tácticos, compuestos cada uno con un número de 750 soldados, dispuestos para un posible asalto.
Según los cálculos de la inteligencia ucrania y la de EE UU, Rusia ha concentrado unos 80.000 soldados junto a las fronteras ucranias y varios miles más en Crimea. Creen también que el Kremlin no ha tomado aún una decisión definitiva sobre una intervención militar, pero también sostienen que podría estar esperando a que el lodoso suelo de sus fronteras orientales y el este de Ucrania se congele para operar sin problemas con los vehículos pesados.
En ese sentido, si Putin decide invadir, no es probable que lo haga hasta la segunda quincena de febrero, ya que sería para entonces cuando haya más terreno congelado. Además, para entonces, los Juegos Olímpicos de Invierno en Pekín ya habrán concluido o estarían a punto de terminar, lo que podría ayudar a Putin a evitar antagonizar al presidente chino, Xi Jinping, aliado del presidente ruso. Según informó el pasado viernes a la prensa el responsable de la diplomacia de EE UU para el Este de Asia, Daniel Kritenbrink, una invasión rusa de Ucrania pondría en aprietos a Pekín ya que se leería en clave de aceptación de los hechos.
Tanto el Post como el Times cifran el número de bajas que podría traer consigo una invasión total de la antigua república soviética entre 25.000 y 50.000 civiles muertos. Respecto a los efectivos de las fuerzas militares ucranianas, podrían caer entre 5.000 y 25.000 soldados, y por la parte rusa entre 3.000 y 10.000.
Mientras Rusia concentra más de 100.000 tropas cerca de la frontera y Moscú insiste en que no planea una invasión, no descarta que podría emprender una acción militar no especificada si no se cumplen sus exigencias de seguridad. Entre ellas está la promesa de que la OTAN nunca admitirá a Ucrania, una exigencia que Washington y la Alianza Atlántica han dicho que es inaceptable.
En el pulso que se libra día a día entre Moscú y Washington y sus aliados cada vez queda menos espacio para una solución diplomática a medida que la crisis se va enconando, según las informaciones de inteligencia. Resulta difícil conciliar la llamada a conversaciones y reuniones de los líderes europeos con el presidente ruso, Vladímir Putin, quien niega tener planes para una invasión, con el hecho de que cada día es mayor el número de fuerzas rusas concentradas.
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