El Pentágono anunció a última hora del martes la creación de un nuevo grupo que investigará la información que le llegue sobre la presencia de objetos voladores no identificados (UFOs, siglas en inglés) dentro de zonas de vuelo restringidas. Con un nombre largo y enrevesado, el Grupo de Sincronización de Identificación y Gestión de Objetos Aéreos (Airborne Object Identification and Management Synchronization Group, AOIMSG por su siglas en inglés) será el sucesor del equipo que antiguamente tenía esta labor pero, en esta ocasión, el Departamento de Defensa se sincronizará con las demás agencias gubernamentales “para detectar, identificar y atribuir los objetos de interés en el espacio aéreo de uso especial, así como evaluar y mitigar cualquier amenaza asociada a la seguridad de vuelos y a la seguridad nacional”.
La creación de este espacio de trabajo llega tras la publicación a finales de junio de este año de un informe del Pentágono en el que se incluían 144 observaciones sobre las que Defensa dijo no tener suficientes datos para determinar la naturaleza de los misteriosos objetos voladores. Durante semanas antes de que ese informe viera la luz, se fueron alimentando las especulaciones sobre si Washington reconocería la existencia de vida extraterrestre y el avistamiento de ovnis.
Pero con un lenguaje enormemente burocrático, el documento solo aseguraba que los expertos seguían a la búsqueda de elementos que pudieran explicar de forma lógica esos 144 informes originados por agencias gubernamentales. Una sección del documento sigue siendo clasificada y ajena al público, lo que hace crecer las teorías de la conspiración.
Kathleen Hicks, subsecretaria de Defensa, dijo en una declaración separada a la de la creación del grupo de trabajo que la presencia de un fenómeno no identificado en el espacio aéreo restringido representa un riesgo potencial de seguridad de vuelo para las tripulaciones aéreas y, sin duda, plantea posibles problemas de seguridad nacional.
Desde los primeros avistamientos de los conocidos como platillos voladores en 1940, el Ejército de EE UU ha pasado todas esas décadas tratando de bloquear, desprestigiar y desmentir las observaciones de esos objetos voladores no identificados. Esos fenómenos han alimentado años de luchas internas en Washington, incluidas batallas burocráticas dentro del Pentágono y la presión del Congreso, sobre la seriedad con que se deben tratar esos informes.
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