El portavoz de los obispos españoles, Luis Argüello, ha despachado este viernes el problema al que se enfrenta la Iglesia católica por los numerosos abusos sexuales a menores con un displicente “solo son pequeños casos”. Es más, ha presumido de que la Conferencia Episcopal Española (CEE) “es la primera en el mundo que aprueba un conjunto de normas para afrontar los casos de abusos sexuales contra los menores de edad y personas que tienen habitualmente un uso imperfecto de razón”. El portavoz ha añadido un reto a toda la sociedad: “¿Por qué se pone el foco solo en la Iglesia católica? Hay casos en federaciones deportivas, ¿se ha pedido una investigación general al COE o a la FIFA?”. Según un recuento de EL PAÍS —no hay cifras oficiales—, hay al menos 945 víctimas de pederastia en la Iglesia española.
No es la primera vez que los obispos apelan al consabido “y tú más”, en la idea de que es en la sociedad civil donde se produce la mayor parte de los abusos, sin hacer mención, en este caso, a que, al mismo tiempo, los obispos se erigen como referencia moral universal y a que muchos de ellos han reconocido haber encubierto a pederastas durante décadas. Esta vez, Argüello ha elevado el rango de la disculpa. Ha planteado por qué no se investiga “al COE o la FIFA”, en referencia al comité olímpico español y a la federación que regula el fútbol internacional. Era una pregunta retórica para subrayar que la CEE, en contra de lo que están haciendo otros episcopados en Europa o América, no hará ninguna investigación, ni interna ni externa, sobre los casos de abusos. La han reclamado media docena de prelados, sin éxito.
“Incluso sumando todos los que han salido en los medios de comunicación, que se remontan a un período de 80 años, seguramente no pasan de mil”, ha añadido después de leer la nota oficial emitida al final de la asamblea plenaria de otoño de la CEE. Argüello ha puesto porcentaje: solo el 0,8% de esos abusos “se dan en la Iglesia”. También ha dicho que la mayor parte de los abusados pide “discreción, sin hacer de su propio caso un asunto mediático”. Lo que sí ha hecho esta plenaria de otoño es aprobar un llamado “Decreto General sobre la protección de menores”, en el que se recoge la normativa canónica dispersa hasta ahora en varios documentos. “Tendrá validez en todas las diócesis españolas y en las instituciones religiosas de derecho diocesano”, ha concluido Argüello desde Santiago de Compostela, a donde se han trasladado todos los prelados en peregrinación.
En su discurso inaugural, el lunes pasado, el cardenal arzobispo de Barcelona y presidente del organismo, Juan José Omella, pidió a su manera perdón por la pederastia eclesiástica, sin citar esa palabra ni los abusos sexuales. Después de apelar a la ayuda del Espíritu Santo, Omella dijo: “Con él no tememos afrontar temas como la falta de fe y la corrupción dentro de la Iglesia que nos duelen muy de veras y pedimos perdón a Dios, a las víctimas y a la sociedad, a la par que trabajamos por su erradicación y prevención”.
Su portavoz no ha seguido este viernes en esa línea, en una conferencia de prensa que también ha estado dedicada a los presupuestos eclesiásticos, en gran parte procedentes de las arcas del Estado; a concluir la redacción de una instrucción pastoral sobre la actual situación de la sociedad española, con el título Persona, Familia y Bien Común, y a prepararse para una visita colectiva e individual (de cada obispo diocesano) al Papa, obligada por lustros, y programada por Francisco para finales de este año y principios del siguiente. Se conoce desde hace siglos como visita ad limina apostolorum (en el umbral de los apóstoles).
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