Fue el pasado mes de noviembre cuando se confirmó que Jessica Bueno (32) y Jota Peleteiro (31) habían roto su relación tras siete años juntos y dos hijos en común, Alejandro y José Ignacio, de seis y dos años respectivamente; después de una presunta infidelidad por parte del futbolista, según desveló el programa Fiesta. «Tras un periodo de reflexión, y dos meses de separación física, y con el fin de evitar malos entendidos, queremos manifestar que hemos decidido formalizar nuestro divorcio de forma amistosa», comenzaba diciendo el comunicado emitido.
«Nos quedamos con los buenos momentos vividos, deseando mantener una buena relación relación siendo nuestra prioridad la felicidad y el bienestar de nuestros hijos. Solicitamos que nuestra intimidad sea respetada en este momento tan sensible», concluyó.
Desde entonces, ambos han rehecho sus vidas. Mientras que la modelo sevillana ha iniciado recientemente una relación con Pablo Marqués (36), quien tuvo un romance anterior con Lara Dibildos (51), él lo ha hecho con Miriam Ruiz, curiosamente, la modelo y empresaria con quien se lo relacionó durante su relación con la ex de Kiko Rivera (39), y de quien presume cada vez más a través de su perfil en Instagram, donde acumula sesenta mil seguidores.
En este sentido y a tenor de las imágenes que ha compartido en las últimas semanas, Jota parece haber borrado por completo de su vida a la madre de sus hijos. Y es que, si bien hace escasas semanas se convirtió en noticia por borrar de su piel el rostro de Jessica, que se tatuó al comienzo de su relación como muestra de amor, ahora habría decidido dar el paso definitivo y poner en venta el domicilio en el que se instaló junto a su ya ex pareja en la localidad de Munguía, en Vizcaya, en el año 2020, cuando el gallego fichó por el Deportivo Alavés.
Se trata de un impresionante chalet de líneas modernas situado en las afueras de la localidad, rodeado de naturaleza, que cuenta con cuatro habitaciones, cuatro baños, dos vestidores, un gran salón, gimnasio y sauna. Asimismo, consta de más de 3.000 metros cuadros de jardín con salida directa al lago. Según el programa Socialité, Jota Peleteiro estaría valorando vender esta propiedad por más de tres millones de euros. Un precio que solo serían capaces de desembolsar algunos privilegiados.
Este domicilio ha sido durante un tiempo escenario de importantes acontecimientos familiares. Allí, sin ir más lejos, Jessica celebró la comunión de su primer hijo, fruto de su relación con Kiko Rivera. Una celebración organizada en la zona exterior a la que también acudió el DJ junto a su esposa, Irene Rosales, y dos hijas, Ana y Carlota.
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