El precio del aluminio ha subido al nivel más alto en más de una década después de que los disturbios políticos en Guinea-Conakry alimentaran las preocupaciones sobre el suministro de la materia prima necesaria para fabricar el metal. Una unidad de las fuerzas armadas tomó el poder y suspendió la constitución, con el jefe de las fuerzas especiales, el coronel Mamady Doumbouya, instando al ejército a respaldar el golpe. La asonada sacudió el mercado de aluminio el lunes: los precios en Londres han registrado un nuevo máximo desde 2011 y la cotización en el mercado de futuros en China subieron al nivel más alto desde 2006, ya que la inestabilidad política plantea la posibilidad de interrupciones en los envíos de bauxita (el mineral a partir del que se fabrica el aluminio) del proveedor global clave.
El precio del aluminio se ha elevado alrededor del 40% este año en el mercado de Londres, impulsado por las medidas de estímulo global masivo para salir de la crisis de la pandemia, que avivaron la demanda. Además, las fundiciones en China, el mayor productor mundial, han tenido dificultades para mantener la producción durante una crisis de energía estacional y por los esfuerzos de Pekín por controlar las emisiones de carbono del país. La bauxita es la materia prima utilizada para hacer alúmina, que luego se procesa en aluminio, y Guinea supone más de la mitad de todas las importaciones chinas. El mercado “puede verse seriamente afectado” por la situación, según dijo el fundador de United Co. Rusal, Oleg Deripaska, en una publicación en la red social Telegram. Las acciones de la compañía subieron un 14% en Hong Kong, el incremento más alto desde 2012.
Los precios en la Bolsa de Metales de Londres han subido un 1,8%, hasta 2.775,50 dólares la tonelada, los más altos desde mayo de 2011. En China, los futuros subieron hasta un 3,4%, el nivel más alto desde 2006, aunque después se relajaron al 2,2%. “Los inversores están bastante preocupados dado que China compra una gran parte de bauxita de Guinea“, pese a que no ha habido aún informaciones sobre interrupciones de suministro y el impacto dependerá de cómo evoluciona la situación, explicó Xiong Hui, analista jefe de aluminio con Beijing Antaike Information Development Co.
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Aluminium Corp. de China, el mayor productor del país, que además tiene un proyecto de extracción de bauxita en Guinea, ha afirmado que todas sus operaciones siguen con normalidad y cuenta con amplios inventarios de bauxita en sus plantas. La industria del aluminio, que consume mucha energía, se ha visto sometida en los últimos tiempos a un mayor escrutinio como parte de los esfuerzos de Pekín contra la contaminación, de ahí que las fundiciones chinas, que producen alrededor del 60% del total mundial, se comprometieran a garantizar el abastecimiento. El país se ha vuelto cada vez más dependiente de las importaciones, algo inusual que ha agotado los suministros mundiales del metal, generalmente abundante.
El aluminio, utilizado en todo, desde piezas de automóviles hasta latas de bebidas y electrodomésticos, resulto especialmente afectado al inicio de la pandemia, pero ahora el mercado está resurgiendo a medida que la demanda de los consumidores y la actividad económica se recuperan. A más largo plazo, el metal se beneficiará de su uso en vehículos eléctricos y energías renovables.
El rally de las materias primas, no solo del aluminio, está generando grandes ganancias a los productores, que han tenido que conformarse con precios bajos durante años. Pero los rendimientos del año pasado incrementan las preocupaciones sobre la inflación a medida que los fabricantes buscan cada vez más repercutir los costos a los consumidores.
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