El presidente del Parlamento de Irán, Mohammad Bagher Ghalibaf, ha dicho este domingo que los inspectores nucleares de la ONU ya no pueden acceder a las imágenes con las que vigilaban las instalaciones atómicas iraníes desde febrero. De sus palabras se desprende que no se ha logrado ampliar el compromiso de monitoreo alcanzado entre Teherán y el Organismo Internacional de la Energía Atómica (OIEA) que duraba hasta el pasado viernes. Si el OIEA lo confirma, se trata de un nuevo obstáculo en los esfuerzos para reactivar el acuerdo nuclear de 2015.
“A partir del 22 de mayo, al concluir los tres meses pactados, [el OIEA] ha dejado de tener acceso a los datos recopilados por cámaras dentro de las instalaciones nucleares acordadas y no podrá transferirlos”, ha manifestado Ghalibaf ante el Parlamento, según la cadena iraní PressTV. Ghalibaf también ha dicho que la máxima autoridad del país, el ayatolá Ali Jamenei, respalda la medida.
Sus palabras han causado sorpresa porque todo parecía indicar que iba a extenderse ese arreglo, dada la buena marcha de las conversaciones de Viena. En la capital austriaca la diplomacia europea media para que EE UU regrese al acuerdo nuclear, que abandonó en 2018 durante la presidencia de Donald Trump, además de que Irán vuelva a respetar las limitaciones que aceptó tres años antes a cambio de que se le levantaran las sanciones con las que se había castigado su programa atómico secreto.
Sobre esto, el secretario de Estado estadounidense, Antony Blinken, ha manifestado este domingo en declaraciones a ABC News recogidas por Reuters que aún no tienen “respuesta” desde Teherán. “Creo que Irán sabe lo que debe hacer para volver a cumplir [con el pacto nuclear]”, ha afirmado Blinken, “y lo que aún no hemos visto es si Irán está listo y dispuesto a tomar la decisión de hacer lo que tiene que hacer”.
De hecho, el presidente iraní, Hasan Rohaní, ha declarado este mismo domingo que Teherán va a seguir participando en esas reuniones “hasta llegar a un acuerdo final”. Rohaní no ha hecho referencia al vencimiento del trato con el OIEA. Observadores occidentales coinciden en que, si no se extiende, afectará a los esfuerzos diplomáticos para recuperar el pacto nuclear. El director general del OIEA, Rafael Mariano Grossi, había convocado una conferencia de prensa a primera hora de la tarde, pero se ha retrasado, dando a entender que las negociaciones continúan.
El embrollo con las inspecciones empezó a finales del año pasado cuando, con el fin de presionar a la Administración de Joe Biden, el Parlamento iraní aprobó una ley que obligaba al Gobierno a dejar de cumplir los compromisos de inspección reforzada si Estados Unidos no levantaba sus sanciones para febrero. (Al firmar el pacto nuclear con las grandes potencias, Teherán accedió a cumplir el Protocolo Adicional del OIEA que permite inspecciones a corto plazo de lugares no declarados.)
La medida del Parlamento, dominado por el ala más conservadora del régimen, era un nuevo paso en el calculado desafío con el que la República Islámica ha venido respondiendo a la salida de EE UU del acuerdo y sus consecuencias económicas. Pero la gravedad de dejar a los inspectores sin acceso suponía cerrar las puertas al regreso al pacto de EE UU de la mano de Biden. Tras varias semanas de tensión, el director general del OIEA logró un entendimiento técnico con Irán para que el organismo pudiera mantener un mínimo de vigilancia de las actividades nucleares iraníes.
“Nuestras cámaras siguen grabando, los monitores de flujo siguen registrando, los sistemas en línea siguen recibiendo la información, pero esta queda almacenada en Irán. Ellos no pueden tocarla; está bajo nuestra custodia. Al final de los tres meses de este arreglo, si todo va bien, tendremos acceso a esa información y podremos reconstruir todo lo que sucedió en cada uno de los flujos durante esos 90 días”, explicó entonces Grossi en una entrevista con este periódico.
No está claro cuándo planea Irán borrar las imágenes grabadas durante estos tres meses. Justo antes de la intervención de Ghalibaf, el diputado Ali Reza Salimi había pedido que el Parlamento ordenara su eliminación a la Organización de la Energía Atómica de Irán “sin retraso”.
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