El calendario de la Liga ucraniana se congeló el 12 de febrero. El Shakhtar Donetsk debía presentarse en Járkov este fin de semana. Nunca salió de Kiev, en donde este sábado los empleados y los dirigentes del club más rico de Europa oriental temían por su vida mientras buscaban la protección de los refugios antiaéreos en plena invasión rusa de la ciudad.
“Por el momento, según los datos disponibles, no ha habido bajas entre nuestra plantilla y sus familias”, declaró el presidente, Sergei Palkin, en un comunicado oficial. “Hasta donde sé, Tete y Solomon [dos de los futbolistas más importantes] han salido del país”.
Pocos clubes en la historia del fútbol han sido más castigados por la guerra que el Shakhtar. Después de tener que abandonar su fastuosa sede y su estadio recién construido en Donetsk, en el comienzo de la guerra civil en la región del Donbas, en 2014, el club ucraniano que más éxitos ha logrado en el fútbol europeo en lo que va de siglo asiste a otro acontecimiento que amenaza con su destrucción.
En un intento desesperado por evitar el desastre, Palkin pidió ayuda a la UEFA y a los clubes con los que ha establecido lazos de solidaridad después de más de cuatro décadas de competiciones internacionales. “Hago una llamada a todos los clubes con los que hemos jugado”, suplicó Palkin, “ellos constituyen la comunidad de los grandes clubes de Europa. También invoco a la UEFA y a los millones de aficionados al fútbol para que proporcionen el máximo apoyo a Ucrania que les sea posible. Esta guerra implica a todos los europeos. Solo uniendo fuerzas podremos vencer esta locura. Confío en que juntos resistiremos y ganaremos. He experimentado muchos momentos brillantes con el Shakhtar pero en lo que a mí respecta, la mayor victoria de mi vida será ganar la guerra de la independencia de Ucrania”.
“En subsuelos”
Desde que se midió al Barça en la Supercopa de Europa en 1978, el Shakhtar se ha enfrentado a Real Madrid, Sevilla, Celta, Valencia, Real Sociedad y Athletic, entre Champions y Liga Europa. Primero, en su estadio de Donetsk, y a partir de 2014 en las sedes a las que lo forzó el exilio, Leópolis y Kiev. El club, propiedad del magnate minero Rinat Ajmetov, que alguna vez respaldó a políticos rusófilos en las elecciones, supo sobreponerse a las calamidades de la guerra civil para mantener el nivel competitivo que le elevó a la conquista de la Copa de la UEFA en 2009.
“La mayoría de los entrenadores, jugadores y sus familias, están ahora en Kiev”, contó Palkin en el comunicado. “Estamos buscando opciones para evacuar a los extranjeros. Los empleados están en sus casas, en refugios antiaéreos, en estaciones de metro o en subsuelos. Cada vez que pueden, intentan evacuar a sus familias”.
“Todos nuestros pensamientos hoy día van dirigidos a que acabe esta guerra loca, a los soldados ucranianos, a aquellos que defienden nuestro país y su derecho a la soberanía y la independencia. ¡Creo que juntos ganaremos!”.
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