Andrés de Inglaterra, el 11 de abril de 2021, en el Castillo de Windsor.

El príncipe Andrés de Inglaterra exige un jurado popular para su juicio por abuso sexual a una menor

Andrés de Inglaterra, el 11 de abril de 2021, en el Castillo de Windsor.
Andrés de Inglaterra, el 11 de abril de 2021, en el Castillo de Windsor.Steve Parsons (AP)

El príncipe Andrés de Inglaterra (Londres, 61 años) ha rechazado toda sugerencia de zanjar discretamente su batalla legal en Estados Unidos y resignarse a un ostracismo social que salvaguarde la imagen de la familia real británica. Su equipo jurídico ha presentado ya ante el juzgado de Nueva York que instruye la acusación de abuso sexual a una menor contra el duque de York un escrito de 11 páginas en el que niega rotundamente los hechos. Andrés solicita además que el asunto sea expuesto ante un jurado popular, y que sea esta institución la que decida sobre su culpabilidad o inocencia. Un juicio de esas características garantiza una publicidad máxima de todas las versiones, detalles y contradicciones de las partes, y supone varios meses de bombardeo constante en los medios de comunicación. Isabel II celebra este año su Jubileo de Platino ―70 años de reinado― y su equipo ha intentado alejar de la conmemoración cualquier elemento de escándalo. La reina decidió a mediados de enero retirar a Andrés todos sus títulos militares y sus participaciones en patronatos reales, en una nueva muestra de la voluntad de la familia real británica de alejar de la escena pública al duque de York.

Andrés admite en el escrito presentado ante el juez la relación que mantuvo con el millonario pedófilo estadounidense Jeffrey Epstein, pero niega haber participado en cualquier acto de abuso sexual. Desmiente además, a pesar del caudal de fotos y publicaciones que han surgido a lo largo de los años, que fuera amigo de Ghislaine Maxwell, la novia de Epstein y conseguidora de muchas de las menores de las que abusó el financiero. La hija del magnate británico de los medios, Robert Maxwell, fue declarada culpable de cinco delitos contra la libertad sexual por un jurado popular estadounidense, y permanece en prisión a la espera de que se dicte sentencia.

El hijo de Isabel II mantiene su versión de que nunca conoció a Virginia Giuffre, la mujer ―de 38 años y residente en Australia― que acusa a Andrés de haber abusado de ella al menos en tres ocasiones, cuando era una menor, de 17 años, de apellido Roberts. Hasta 40 veces niega el escrito de la defensa los hechos presentados por el equipo jurídico de Giuffre, encabezado por el prestigioso abogado, David Boies. Pero también más de 40 veces utiliza el confuso argumento de “falta de información” para evitar responder a los datos más controvertidos. Por ejemplo, respecto a la famosa foto de Andrés agarrando por la cintura a Giuffre en el apartamento londinense de Maxwell, los abogados del duque persisten en la estrategia de sembrar dudas sobre la veracidad de la foto, a la vez que admiten no disponer de pruebas para demostrar que sea falsa.

Pero la estrategia más arriesgada de Andrés ―y la que puede acabar rebotando negativamente sobre toda la familia real británica― es la de cuestionar los motivos y la personalidad de la propia Giuffre. A lo largo de más de una decena de peticiones expresas de que el caso sea sobreseído, los abogados del duque exigen que las acusaciones de la mujer sean desestimadas, por “su conducta incorrecta” y por “no tener las manos limpias”. Este último argumento es un concepto procesal estadounidense por el cual “aquel que reclama justicia debe acudir con las manos limpias”. El equipo de Andrés intentará demostrar que Giuffre, quien convivió durante unos años con Epstein y Maxwell, también fue partícipe a la hora de atraer menores al entorno del financiero.

“La respuesta del príncipe Andrés sigue incidiendo en la idea de negar todas las acusaciones en su contra, y de intentar transmitir la idea de que la víctima es, de algún modo, culpable de todo lo que le sucedió”, ha contestado el abogado Boies al escrito del duque.

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