Cuando hace dos años el príncipe Enrique y Meghan Markle renunciaron a sus títulos reales y a la financiación pública, la escolta policial que velaba por su seguridad en Reino Unido les fue retirada. Fue entonces cuando el hijo menor de Carlos de Inglaterra solicitó la posibilidad de costear de su bolsillo esa protección que le garantizaría seguridad a él y a su familia cuando visitaran su país de origen. Tras la negativa del Ministerio del Interior ante esta propuesta, el príncipe pondría emprender acciones legales contra el Gobierno británico.
Después de que el tabloide The Mail on Sunday hiciera pública la noticia de esta posible batalla legal, un representante del príncipe emitió un comunicado aclarando la situación. Según afirma, el objetivo del duque de Sussex es “garantizar su seguridad y la de su familia mientras se encuentra en el Reino Unido para que sus hijos puedan conocer su país de origen”. Una protección sin la que no podrá volver a su hogar. A pesar de que durante sus más recientes viajes ha contado con su cuerpo estadounidense de seguridad privada, sus representantes legales apuntan que ese equipo no tiene jurisdicción en el extranjero ni acceso a la información de inteligencia del Reino Unido, necesaria para mantenerlos a salvo. Lilibet, la hija pequeña de los duques de Sussex, de siete meses de edad, aún no ha viajado al Reino Unido para conocer a su familia.
En el comunicado se hace referencia al deseo del príncipe de financiar él mismo dicha seguridad, evitando que sean los contribuyentes quienes paguen la factura, aunque también se asegura que “existen otras personas que han dejado un cargo público y mantienen la protección policial sin coste alguno”. “El príncipe Enrique heredó un riesgo de seguridad al nacer, de por vida. Sigue siendo el sexto en la línea de sucesión al trono, cumplió dos períodos de servicio de combate en Afganistán y, en los últimos años, su familia ha sido objeto de amenazas neonazis y extremistas bien documentadas. Si bien su rol dentro de la institución ha cambiado, su perfil como miembro de la Familia Real no lo ha hecho. Tampoco la amenaza para él y su familia”, reclama el escrito.
El príncipe realizó un breve viaje en solitario a Inglaterra el año pasado con motivo de la inauguración el 1 de julio de la estatua en honor a su madre, la princesa Diana de Gales. Según señalan sus representantes legales, su coche fue perseguido por fotógrafos cuando se marchaba. El propio Enrique siempre se ha mostrado preocupado por la seguridad de su familia en su país natal y ha señalado a la prensa y la persecución de los paparazis como causantes de los problemas que sufrió su madre. En su serie documental junto a Oprah Winfrey, aseguró que Londres le recuerda demasiado a ella y le provoca sufrimiento, porque allí se siente “perseguido”, reafirmándose en su decisión de haberse marchado del seno de la familia real.
Según apuntan varios diarios británicos, la reina Isabel II ya habría sido informada de los pasos que su nieto está dispuesto a dar. Si finalmente decidiera tomar acciones legales sería la primera vez que un miembro de la Familia Real presenta un caso contra el Gobierno británico.
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