El príncipe Enrique y Meghan Markle han anunciado este miércoles su entrada al negocio de las inversiones. La pareja ha informado a través de un comunicado publicado en la página web de la fundación Archewell, fundada por ambos en 2020, de que a partir de ahora serán socios de Ethic, una firma de inversión ética con sede en Nueva York que es administradora de activos en el sector ambiental, social y político. Ethic tiene 1.300 millones de dólares —1.125 millones de euros— bajo su poder con el fin de invertir en temas de responsabilidad social.
“Cuando invertimos unos en otros, cambiamos el mundo”, reza el inicio del comunicado que anuncia la colaboración de los duques de Sussex junto a la banca de inversión. “Creemos que es hora de que más personas se sienten a la mesa cuando se toman decisiones que afectan a todos. Queremos repensar la naturaleza de la inversión para ayudar a resolver problemas globales a los que nos enfrentamos todos. Nuestra asociación con Ethic es una de las formas en que ponemos nuestros valores en acción”, ha anunciado la pareja, que también ha dado una entrevista al respecto a The New York Times.
Enrique y Meghan han explicado para la prensa estadounidense que esperan que su participación ayude a democratizar la inversión, haciendo que las personas, especialmente los más jóvenes, puedan tomar decisiones de forma deliberada y siendo conscientes de que es posible invertir en empresas sostenibles. “Las generaciones más jóvenes están constantemente votando con sus dólares y sus libras, ya sabes, en todo el mundo, cuando seleccionan y eligen marcas que consumen”, ha asegurado el príncipe Enrique, sugiriendo que sería correcto hacer lo mismo con las inversiones.
La pareja conoció Ethic por unos amigos, según han contado durante la entrevista. La empresa fue fundada en 2015 y ha triplicado sus activos bajo administración en el último año, según ha desvelado al diario Doug Scott, uno de los fundadores de la compañía junto con Johny Mair y Jay Lipman, ex ejecutivo de Deutsche Bank. Ethic afirma ser una compañía “comprometida con la justicia racial, la igualdad de género, el cambio climático y las cuestiones laborales que afectan a los trabajadores”. El trabajo de la firma se enfoca en ofrecer soluciones personalizadas a inversores para que estos puedan transferir dinero a empresas que “tratan a la gente y al planeta con respeto” y trabajar con ellos para que su capital tenga “un impacto positivo” y alinear así “el dinero con los valores”.
“Mi esposo lleva años diciendo: ‘Dios, ¿no te gustaría que hubiera un lugar donde, si tus valores estuvieran alineados, pudieras invertir tu dinero en ese mismo tipo de cosas?”, ha confesado Markle, que ha colaborado activamente en este último movimiento de los Sussex para expandir sus intereses comerciales desde que dejaron a la familia real y se mudaron a Estados Unidos. Buscando la independencia financiera, han firmado acuerdos de producción con Netflix, Spotify e incluso para producir serie documental sobre salud mental en Apple TV.
Desde que Meghan Markle se unió a la Familia Real Británica, ha demostrado su interés en la lucha por la igualdad y por defender los derechos de mujeres y niñas. Un activismo que Meghan siempre ha practicado con el apoyo de su marido, que comparte sus ideales. En uno de sus discursos en un evento organizado por la ONU, ya en 2015, la duquesa de Sussex reafirmó su opinión: “Estoy orgullosa de ser feminista. No es suficiente con hablar de ello. Hay que creer en la igualdad y trabajar por ella”. La fundación Archewell es el producto del trabajo de la pareja. A través de ella y de su web buscan crear un servicio de voluntariado y compartir materiales educativos y de aprendizaje a través de material audiovisual, podcasts o libros.
Source link