El pueblo de Frozen sufre una avalancha de turistas

Hallstatt es un pequeño pueblo austríaco de cuento. Hasta el estreno de la película Frozen todo era calma y la tranquilidad. Los apenas 780 habitantes de la localidad solo oían el ruido de las cascadas y el viento chocando contra las montañas. Pero un día Disney se fijó en él y todo cambió. El pueblo de Frozen está sufriendo una verdadera invasión turística, que supera a diario diez veces la población. Nada más y nada menos que 10.000 personas pasean cada día por Hallstatt, perturbando a sus habitantes.

Llegan visitantes de todos los rincones del mundo, que quieren sentirse como si estuvieran en Arandelle, la ciudad de Anna y Elsa en la película de Frozen.

Para entender lo que supone que cada 10.000 turistas paseen por el pequeño pueblo austríaco, vamos a poner como ejemplo Venecia. Una localidad italiana sobreexplotada turísticamente, aunque recibe en proporción a sus habitantes seis veces menos turistas que Hallstatt.

Alezander Scheutz, el alcalde de la localidad, explica que son una parte relevante de la historia cultural, pero no un museo. Además, señala que los planes es reducir en al menos un 33% el número de turistas, pero es imposible pararlos.

Hallstatt puede presumir de ser uno de los pueblos más bonitos no solo de Austria, sino de todo el mundo. Se encuentra en la mina de sal más antigua a nivel global, y es Patrimonio de la Humanidad de la UNESCO desde el año 1997.

Al éxito de la película Frozen hay que sumar las numerosas clasificaciones como una de las localidades más bonitas de Europa y sus múltiples apariciones en televisión. Desde el 2013 más de 1 millón de turistas llegan cada año a Hallstatt.

Quizá algún día el pueblo de Frozen pierda su encanto natural ante la masificación turística.


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