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El pueblo más bonito para visitar en otoño está a solo una hora de Madrid

Si vives en Madrid y este otoño te apetece hacer una escapada de fin de semana, te encantará saber que el pueblo más bonito para visitar en esta época del año se encuentra a tan solo una hora en coche de la capital. Está declarado Conjunto Histórico-Artístico desde el año 1966 y cuenta con un amplio abanico de monumentos que bien merecen una visita: el Palacio Ducal, el Convento de San José, la Plaza del Deán…

Hablamos de Pastrana, un pueblo situado al sur de la provincia de Guadalajara. Vivió su mayor época de esplendor entre los siglos XVI y XVII, y en el Palacio Ducal estuvo encerrada la princesa de Éboli. En dicho palacio es muy conocido el balcón enrejado que da a la Plaza de la Hora, al cual únicamente se le permitía asomarse una hora al día.

En Pastrana también destacan los conventos fundados por Santa Teresa de Jesús, una monja, fundadora de la Orden de Carmelitas Descalzos, una rama de la Orden de Nuestra Señora del Monte Carmelo. A continuación te contamos qué ver en este precioso pueblo de la provincia de Guadalajara.

Pastrana: principales monumentos

La Plaza de la Hora es uno de los lugares más destacados del municipio, donde se encuentra el Palacio Ducal. A lo largo de la historia, la plaza ha sido utilizada con distintos fines. En la actualidad, es un sitio de reunión, con bancos y árboles.

El Palacio Ducal es el monumento más importante de Pastrana. Se trata de un palacio de estilo renacentista en cuya portada se puede leer  “De Mendoza y de la Cerda”. La princesa de Éboli pasó sus últimos once años de vida encerrada en él.

El origen de la Colegiata de Pastrana se remonta al siglo XIV, aunque ha sido reformada en numerosas ocasiones a lo largo de la historia. El interior está decorado con imágenes y cuadros de santos, y destaca el retablo mayor. Se puede visitar por libre de forma gratuita.

Justo al lado se encuentra la Fuente de los Cuatro Caños, una fuente de piedra del siglo XVI. La Calle Palma es la más bonita de Pastrana, y merece la pena recorrerla de principio a fin. La mayoría de casas fueron construidas en el siglo XVII, y pertenecieron a hidalgos, labriegos y funcionarios.

No queda demasiado de antigua muralla que rodeaba la villa, la cual se levantó en el siglo XIV. El Arco de San Francisco es de lo poco que se conserva en pie.

¿Te animas a visitar este precioso pueblo en otoño?


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