Pocas personas conocen las nocivas propiedades del radón y cómo influye de forma negativa en la salud humana.
El radón es un elemento químico, cuyo símbolo es Rn y su número atómico el 86. Se trata de una emanación gaseosa producto de la desintegración radiactiva del radio y es muy radiactivo y tóxico, pues se desintegra emitiendo partículas energéticas alfa.
Las nocivas propiedades del radón
Este es un gas compuesto radioactivo que raramente se da en la naturaleza. De hecho, la mayoría de los compuestos que se pueden hallar en el medio ambiente, provienen de las actividades humanas.
El gas entra al medio ambiente desde el suelo a causa de las minas de uranio y fosfato y, además, por la combustión del carbón.
Una fracción del radón que está en el suelo se moverá a la superficie y se mezclará en el aire mediante la evaporación. Ya en el aire, los compuestos del gas se acoplarán al polvo y a otras partículas volátiles. Sin embargo, la mayor cantidad del mismo se quedará en el suelo.
El radón tiene una vida media radiactiva de unos cuatro días, es decir, que las propiedades del gas son radiactivas y se degradará en otros componentes normalmente menos dañinos cada cuatro días.
El radón se presenta en la naturaleza en su forma gaseosa y las personas están permanentemente expuestas a su radiación, al respirar el aire del ambiente.
Los niveles de este gas son muy bajos al aire libre, pero en áreas cerradas los niveles pueden llegar a ser más altos. En las casas, las escuelas y los edificios este compuesto se encuentra presente, pues se filtra desde el suelo, a través de grietas o desde los sótanos.
También los pozos profundos que suministran agua potable pueden contener radón y, generalmente, en índices muy elevados. Pero las propiedades del gas hacen que se libere rápidamente si bien las aguas subterráneas entran en contacto con las aguas superficiales.
Estudios realizados demuestran que la exposición a altos niveles de este gaso noble mediante la respiración provoca enfermedades pulmonares. Si una persona se encuentra expuesta al mismo, aumentan significativamente las posibilidades de que desarrolle cáncer de pulmón.
No obstante las propiedades del radón radioactivas, el gas libera poca radiación gamma y como resultado no es probable que se den efectos dañinos en humanos por la exposición sin que haya un contacto directo con los compuestos del gas en su estado puro.
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