El Real Madrid disputó tres partidos en uno ante el Mónaco y ganó los dos fundamentales: el primero y, sobre todo, el último. Un viaje de la solidez a los desajustes, de la holgura a las estrecheces (94-86). En los 15 primeros minutos el equipo de Laso fue un rodillo (44-19). Entre el minuto 15 y el 37 los monegascos remontaron agarrados al acierto febril de Mike James (81-83). Y, en los últimos tres minutos, los blancos firmaron otro contundente parcial de 13-3, con cinco puntos de Yabusele (de nuevo el mejor madridista), cuatro de Rudy y otros tantos de Heurtel, para agarrar su segundo triunfo en tres jornadas de la Euroliga. El Madrid aguantó el pulso y al Mónaco le fallaron las piernas. Pesó más el miedo escénico impuesto por los locales al inicio que la jindama que proyectó después Mike James en las gradas del WiZink. El artificiero de Portland rozó la puerta grande, con 24 puntos y 10 asistencias, pero salió por la enfermería tras una mala caída en los instantes finales. Él se llevó la ovación y el reconocimiento de la grada y los de Laso el premio.
En vísperas de la primera doble jornada continental, Laso pidió a los suyos solidaridad gremial para compartir el balón en ataque y para ayudarse en defensa, con la idea de contener a dos escuderías de potente cilindrada física como el Mónaco y el Panathinaikos, siguiente rival de los blancos este viernes. Y el Madrid salió aplicado e implicado para cumplir la misión. Con un 13-1 de parcial en apenas cuatro minutos gracias a un puñado de robos que lanzaron los primeros contraataques blancos. No paró ahí el chaparrón madridista. El acierto en el tiro, 9 de 10 en tiros de campo con 3 de 4 en triples en ese tramo, impulsó la contundente puesta en escena de los locales (25-6, m. 7).
Los puntos de Yabusele y Hanga y las asistencias de Heurtel (4 de las 8 de su equipo a esas alturas) derritieron al Mónaco en un santiamén y la defensa blanca dejó seco a Mike James. El territorio quedó marcado en el WiZink Center. Ni rastro del pujante equipo monegasco construido con el dinero del magnate ucraniano Sergey Dyadechko y cimentado en torno a muchos conocidos de la ACB (como el exazulgrana Westermann, los exvalencianistas Thomas y Motum, el ex de Bilbao y Valladolid, Danilo Andjusic, y el mencionado exbaskonista Mike James). No se salvó nadie el equipo de Mitrovic ante un Madrid desatado. Pero la noche fue más larga de lo que pareció inicialmente.
El conjunto de Laso, espeso en la jornada anterior ante Olympiacos, anotó 44 puntos en 15 minutos, con un 90% en tiros de dos y un 50% desde el triple, con 15 asistencias en la primera mitad. Pero semejante derroche ofensivo distrajo a los blancos en labores defensivas. Y, en apenas tres minutos, el Mónaco rascó un parcial de 5-14, del 44-19 al 49-33, para tantear el rearme. El propósito de enmienda del cuadro francés coincidió con el momento en el que al Madrid se le salió el pie del pedal. El brío de Donta Hall y la intendencia silenciosa sacudieron los biorritmos del partido. Del guateque madridista a la diferencia abarcable para los visitantes. De aquel 44-19 en los minutos más trepidantes del Madrid, al 7-20 en cinco minutos antes del viaje a vestuarios (51-39, m. 20). “Nuestra primera mitad ha sido catastrófica. Nos ha impresionado jugar ante el Madrid”, dijo Mitrovic a pesar de todo.
Pasado el miedo escénico, el Mónaco se fue asentando en el parquet y, con varias vueltas de tuerca en defensa, ajustó las cuentas progresivamente. Mike James anunció su ebullición con un triple a la carrera, tan monumental como rocambolesco, a lo Stephen Curry, y colocó el 51-60 en el marcador. Después, con otra filigrana, alcanzó los 18 puntos y lo rebajó aún más, hasta el 64-57 del minuto 27. Heurtel dio entonces un paso adelante para engrasar el ataque madridista. Pero Mike James completó su master class con 14 puntos en el tercer cuarto, que cerró con otro triple de museo (72-65, m. 30). Acto seguido, Westermann llevó el desenlace a la cornisa con otro bingo desde el perímetro y Will Thomas selló la remontada (81-83 a falta de 3m). Empezó el tercer partido de la noche y se lo llevó el conjunto de Laso. La defensa local solo concedió tres tiros libres de Westermann en esos 180 segundos finales. Cinco puntos de Yabusele aliviaron al Madrid en el momento clave y un triple de Rudy desde ocho metros sentenció el triunfo blanco.
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