En los 90, pasó de ser el empresario modernizador de la era salinista a un prófugo de la ley, pero luego de un litigio de 16 años fue absuelto. Ahora, tras años de silencio, vuelve a la polémica por un conflicto con Grupo PRISA por el control de Radiópolis.
Para capitalizar Interjet y adquirir Grupo Radiópolis, el empresario Miguel Alemán Magnani contó con el apoyo de un personaje de pasado polémico: Carlos Cabal Peniche.
En los años 90, Cabal Peniche, que nació en Mérida en 1956, pero creció en Tabasco, pasó de ser un empresario platanero a ser una figura de la banca, durante la reprivatización promovida por Carlos Salinas de Gortari.
En noviembre de 1991, adquirió las acciones del BCH, por las que pagó 878 millones de pesos. Más tarde, convirtió el BCH en Banco Unión.
En 1993, compró el 76 por ciento de las acciones de Cremi, que al fusionarse con Unión se colocó como el quinto banco en importancia del sistema financiero del país. Finalmente, estas instituciones dieron origen al Grupo Cremi-Unión.
En 1992, tomó la dirección del Grupo Empresarial Mexicano y pagó 560 millones de dólares por Del Monte Fresh, la mayor comercializadora de frutas del mundo.
Las empresas de Cabal Peniche se fueron extendiendo por diversas ciudades del mundo, Santiago de Chile, Buenos Aires, Los Ángeles, Nueva York, Londres, Zurich y Hong Kong. Era el “empresario modernizador” de la era salinista.
Pero la caída de Cabal Peniche inició en 1993, cuando comenzó a disponer del dinero de los ahorradores, con autopréstamos o al conceder a la vez préstamos a particulares que no contaban con garantías de pago.
Según la investigación de la CNBV, el banco había emitido créditos por un monto total de 14 mil 720 millones 800 mil pesos a 59 prestatarios, que eran en realidad intermediarios o compañías de Cabal, publicó La Jornada el 20 de mayo de 2004.
En septiembre de 1994, sus bancos fueron intervenidos, por violar la Ley de Instituciones de Crédito, lo que implicaba una pena de 3 a 12 años de prisión.
Según un reporte sobre la revisión de las operaciones del Fobaproa, la intervención administrativa realizada en julio de 1994 y la gerencial en septiembre del mismo año de Banco Unión y Banca Cremi se efectuaron debido al otorgamiento de créditos para la compra de acciones del propio Banco Unión y del Grupo Financiero Cremi, así como por la alteración de los registros contables.
Tras la quiebra de Banca Unión-Cremi y su posterior rescate, el empresario tabasqueño fue acusado de malos manejos en la institución financiera. Cabal estuvo prófugo, fue arrestado en Australia y extraditado a México, pero aquí logró evitar la cárcel.
Acusado de fraude fiscal, financiero y bancario, fueron emitidas 10 órdenes de aprehensión en su contra, pero huyó de México en 1994, se refugió en varios países y, finalmente, fue detenido en 1998 en Australia, en donde permaneció tres años en la prisión de Port Philip en Melbourne.
De regreso a México, tres juicios de amparo y tres fianzas millonarias evitaron su encarcelamiento; tras un largo litigio de 16 años, en 2010, fue absuelto de la última de 17 acusaciones penales.
Entre 1994 y 1996, Unión y Cremi recibieron apoyos del Fobaproa por 19 mil 779 millones y 8 mil 6 millones de pesos, respectivamente.
Según informes periodísticos, el rescate de sus bancos costó a los contribuyentes mexicanos alrededor de 28 mil millones de pesos (La Jornada), recursos públicos para evitar que cayeran en quiebra.
En 1999, Cabal Peniche declaró en una entrevista con la revista Milenio que en 1994 había aportado 15 millones de dólares a la campaña presidencial de Luis Donaldo Colosio, pero tras el asesinato del sonorense, apoyó con otros 5 millones más la campaña de Ernesto Zedillo.
También dijo haber entregado 5 millones de dólares a su paisano Roberto Madrazo, postulado ese mismo año a la gubernatura de Tabasco.
El conflicto con Radiópolis
El grupo español PRISA, propietario del 50% de las acciones de Grupo Radiópolis denunció este miércoles que sus socios mexicanos buscan quedarse con el control editorial de la compañía, que opera 17 estaciones de radio en el país.
“El empresario Carlos Efraín Cabal Peniche, que junto a Miguel Alemán Magnani intenta tomar a la fuerza el control de Radiópolis, personifica como pocos el lado más oscuro de los vínculos entre el poder político y empresarial en México, especialmente durante la época del expresidente Carlos Salinas de Gortari (1988-1994)”, publicó este miércoles el periódico El País, que pertenece precisamente al Grupo PRISA.
En la nota, el diario señala que desde hace dos años la relación de Alemán Magnani y PRISA pende de un hilo.
Narra que Alemán Magnani y Cabal Peniche han lanzado una ofensiva por la cual pretenden tomar a la fuerza el control de Radiópolis.
“Así lo ha denunciado el Grupo PRISA (editora de este periódico), que posee el 50% de las acciones del grupo radiofónico mexicano, y así se desprende también de un comunicado que ambos empresarios distribuyeron el martes. En una secuencia de hechos que alcanzó su nivel más virulento este martes, Magnani y Cabal Peniche trataron de imponer un cuadro de directivos para hacerse con el control editorial de Radiópolis. Las maniobras de Alemán y Cabal Peniche –que se suman a otros episodios de distinto carácter en el paisaje empresarial mexicano en los últimos dos años– vuelven a dejar en evidencia la inseguridad jurídica bajo la que operan los inversionistas en el país norteamericano”.
El martes por la noche, el periodista Darío Celis publicó en redes que Cabal Peniche y Alemán estaban en esos momentos tomando por asalto las instalaciones de W Radio con el fin de hacerse por la fuerza del control editorial de Radiópolis, el cual ha estado en manos de la empresa española PRISA, socia de Televisa en ese grupo radiofónico y ahora de Corporativo Coral de la familia Alemán.
En las últimas horas del martes y las primeras del miércoles, la información fue a cuentagotas, sin confirmación; hasta que ambas partes emitieron comunicados.
Luego de que Grupo PRISA anunciara que emprenderá acciones legales contra Corporativo Coral, los socios mexicanos afirmaron en un comunicado que la tarde del martes habían notificado a la empresa española que acudirían al Tribunal Arbitral a demandar la nulidad de los acuerdos que violan las leyes mexicanas.
También aseguraron que eran falsas las versiones difundidas la noche del martes 25 de agosto, sobre una supuesta toma violenta de las instalaciones de W Radio-Radiópolis.
“No hubo ninguna toma violenta de las instalaciones, como irresponsablemente se difundió en algunos medios y en redes sociales. Nada más alejado de la realidad, todo el proceso de integración del nuevo Consejo de Administración y Dirección General se realizó de manera responsable y, sobre todo, conforme a derecho”, señala el documento.
Sin embargo, El País relata otros hechos presuntamente sucedidos el martes 25.
“Francisco Cabañas, director general de Radiópolis, es convocado por Alemán Magnani a la sede de la Fundación Alemán. Allí se encuentra también Cabal Peniche, quien junto con Alemán, más un notario y abogados contratados por ambos, exigen a Cabañas que firme su carta de dimisión y que dé instrucciones para autorizar a que una compañía de seguridad privada contratada por Coral entre en las instalaciones de Radiópolis en Tlalpan, en Ciudad de México. Cabañas se niega a firmar la carta de dimisión”, narra el periódico.
Cabal al rescate
En julio, Cabal Peniche, junto con el empresario Alejandro del Valle, participó en la capitalización de Interjet, con una inversión de 150 millones de dólares, informó entonces la aerolínea.
En un comunicado, la empresa indicó que con esa inyección de capital podría reforzar su estructura interna y su plan de operaciones.
Dos semanas antes, la aerolínea había anunciado que restablecía sus vuelos a destinos nacionales importantes y a algunas ciudades fronterizas del sur de Estados Unidos, suspendidos debido a la pandemia.
Interjet contaba con una deuda por 482 millones de dólares y, apenas en mayo, uno de sus inmuebles había sido intervenido por el SAT, pero de pronto anunció la llegada de nuevos socios.
“Se trata, nada menos, que de Carlos Cabal Peniche, quien fuera el banquero de Banco Unión en la época de Carlos Salinas, y de Alejandro del Valle, quien posee el call-center Telmark Contact Line, así como la compañía de remesas Penny Money”, publicó José Yuste, en Excélsior. “Ellos lideran el fondo de inversión de 150 millones de dólares que busca capitalizar Interjet, la aerolínea donde la familia Alemán todavía se mantiene como socia mayoritaria. Miguel Alemán Magnani será el nuevo presidente del Consejo de Administración”.
Los nuevos socios también contribuyeron a que el Corporativo Coral, de la familia Alemán, concretará la compra de Radiópolis, hasta entonces en manos de Televisa.
El 2 de julio, la empresa habló de apoyo de amigas de la familia. Esas amigas eran la esposa de Carlos Cabal Peniche, Teresa Pasini; Samantha del Valle, hija de Alejandro del Valle, y de Rosa María Rubio, esposa de Carlos Aguirre Gómez, exdirector de Grupo Radio Centro, informó ese día el Corporativo Coral, que preside Alemán Magnani.
Con esa inyección de capital, los Alemán pagaron los mil 248 millones de pesos por el 50 por ciento de Radiópolis y un dividendo por 285.6 millones de pesos de ese capital revitalizador.
“La empresa registra una profunda reestructuración financiera y comercial”, señaló el grupo en un comunicado.
Más tarde, el 13 de julio, reveló que entre esos nuevos inversionistas figuraba Cabal Peniche.
El País informa que entre el 20 y el 27 de julio de este año, el abogado de los nuevos inversionistas fue comunicando a PRISA, de manera parcial, que las acciones compradas por Coral habían sido transmitidas el 2 de julio de 2020 a un fideicomiso controlado por los nuevos inversionistas, como paso previo para la venta de esas acciones a una nueva sociedad propiedad de los nuevos inversionistas, y en la que Alemán Magnani mantiene solo un 10 por ciento.
“El 19 de agosto de 2020, PRISA notificó a Coral que la transmisión realizada al fideicomiso incumplía el contrato de accionistas y solicitó a Coral que subsanara el incumplimiento”.
Después de décadas de silencio su nombre ha vuelto a ser noticia por su irrupción en el mundo empresarial y financiero, señala El País este miércoles refiriéndose al empresario.
“Casi 20 años después, Cabal Peniche se ha convertido en el salvador económico de la familia Alemán, en su intento por reflotar Interjet, que afronta una grave deuda con las arcas públicas y está al borde de la quiebra”, dice el diario.
(Con información de archivos periodísticos)