El rey de Marruecos, Mohamed VI, pronunció ayer un discurso con motivo del 46º aniversario de la Marcha Verde en el que emitió un mensaje que indirectamente se dirige al Gobierno español, entre otros. “Ahora estamos en nuestro derecho de esperar de nuestros socios posturas más atrevidas y claras con relación a la cuestión de la integridad territorial del Reino”, señaló el monarca en referencia al Sáhara Occidental.
La postura de Marruecos respecto a sus socios europeos se ha vuelto más exigente desde que el entonces presidente de Estados Unidos, Donald Trump, decretó el 10 de diciembre el reconocimiento de la soberanía marroquí sobre el Sáhara Occidental, a cambio de que Rabat comenzara a normalizar sus relaciones con Israel. Desde entonces, la diplomacia marroquí ha exigido a sus socios europeos que salgan de la “zona de confort” actual y continúen por la senda de Trump. Los diplomáticos marroquíes transmiten ese mensaje en público y en privado a sus homólogos de la Unión Europea. Pero ahora es el propio monarca el que lo expresa.
Rabat ha conseguido que el actual presidente de Estados Unidos, el demócrata Joe Biden, no derogue el decreto de Trump. Pero no ha logrado que un solo país de Occidente modifique su postura respecto al Sáhara Occidental. El Gobierno de España y el de otros países de la Unión Europea, como Alemania, insisten en seguir la senda de las negociaciones auspiciadas por la ONU para lograr un acuerdo aceptado por las dos partes en conflicto.
Marruecos mantiene una crisis diplomática con España desde que el 10 de diciembre Trump reconoció su soberanía sobre el Sáhara. Ese mismo día, Rabat canceló la cumbre bilateral o Reunión de Alto Nivel (RAN) que tenía previsto celebrarse una semana después en Rabat. En mayo, las autoridades marroquíes permitieron la entrada durante tres días de 10.000 emigrantes irregulares en Ceuta. Y ese mismo mes, la embajadora marroquí en Madrid, Karima Benyaich, fue llamada a consultas en Rabat. Desde entonces, la embajadora no ha vuelto y las fronteras con Ceuta y Melilla continúan cerradas desde marzo. Rabat también mantiene otro pulso diplomático con Alemania a causa del Sáhara Occidental.
En cuanto al conflicto con Argelia, que ha experimentado una escalada sin precedente desde 1963, Mohamed VI evitó referirse a él. El monarca no quiso responder a la presidencia de Argelia, que acusa al Ejército marroquí de haber bombardeado y asesinado a tres camioneros argelinos cuando viajaban el 1 de noviembre por ese territorio. Nada en su discurso hace pensar que el Magreb está viviendo estos días los mayores momentos de tensión, después de que Argel haya advertido de que la muerte de sus tres nacionales no quedará impune.
El monarca declaró que la “causa nacional” conoce “una imparable dinámica positiva”. Añadió que en los últimos meses Marruecos ha experimentado respecto al Sáhara “evoluciones efectivas y sosegadas”. Aludió al enfrentamiento sin víctimas que se produjo el 13 de noviembre de 2020 entre el Ejército marroquí y el Frente Polisario en el paso del Guerguerat, al sur del Sáhara Occidental. “No podemos sino encumbrar a nuestras Fuerzas Armadas Reales, que el 13 de noviembre de 2020 han asegurado la libre circulación de personas y mercancías en el paso de Guerguerat, entre Marruecos y la Mauritania hermana”, declaró. “Esta pacífica y decidida acción puso fin a las provocaciones y agresiones” de las que había “advertido” Marruecos.
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Mohamed VI descartó por completo cualquier concesión al referéndum de autodeterminación que reclama el Frente Polisario en el Sáhara Occidental. “Para Marruecos, el Sáhara no puede ser objeto de negociación. Además, la marroquinidad del Sáhara jamás se planteó ni se planteará algún día sobre la mesa de las negociaciones”, afirmó.
El monarca también dijo sentirse orgulloso de que EE UU haya reconocido la soberanía de Marruecos sobre el Sáhara Occidental y mencionó el hecho de que de 24 países hayan abierto consulados en las ciudades saharauis de El Aaiún y Dajla. Y añadió para los “cinco pueblos magrebíes” deseos de prosperidad y desarrollo “en el seno de la unidad y la estabilidad”. Como si nada hubiera ocurrido esta semana en el Sáhara Occidental.
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