Ciudadanos marroquíes saludan al rey Mohamed VI a su llegada al Parlamento, el viernes en Rabat.Maria Traspaderne (EFE)
El rey Mohamed VI ha reanudado este viernes su actividad oficial, tras casi dos meses de ausencia de la escena pública, sin abordar los conflictos internacionales que afectan a Marruecos en su discurso de apertura de las sesiones del Parlamento en Rabat. El monarca de la dinastía alauí eludió referirse a la situación del Sáhara Occidental o a las tradicionales reivindicaciones territoriales sobre Ceuta y Melilla y centró su alocución en la lucha contra la sequía en el país magrebí, “la más intensa en más de tres décadas”, según advirtió.
En su anterior discurso a la nación, el pasado 20 de agosto, Mohamed VI destacó especialmente los apoyos recabados en la escena internacional sobre la cuestión del Sáhara Occidental. El monarca marroquí definió entonces la posición española sobre el Sáhara de “responsable”, tras el giro dado por el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, al alinearse con la propuesta de autonomía de Rabat para el territorio tras casi cinco décadas de neutralidad en calidad de antigua metrópoli colonial.
Su intervención de este viernes se concentró en problemas internos que amenazan la estabilidad económica y social del país magrebí, en particular en la sequía extrema derivada del cambio climático, y en la necesidad de atraer inversiones para reactivar una economía nacional en declive. Para ello llamó a los parlamentarios a acabar con el “despilfarro y el uso irracional” del agua al margen de la confrontación política. El soberano reclamó además medidas concretas para preservar la capa freática frente a los abusos en su explotación.
También anunció en la apertura del año legislativo que el Gobierno plantea un plan nacional de inversiones junto con la banca de más de 50.000 millones de euros con el objetivo de crear 500.000 puestos de trabajo en los cuatro próximos años en la economía de Marruecos.
El rey llegó a la sede del Parlamento asomado por el techo solar de un vehículo desde el que saludó al público, junto con su hijo, el príncipe heredero Mulay Hasán, vestidos ambos con la tradicional chilaba, informa Efe. En contra de lo habitual, el hermano del monarca, el príncipe Mullay Rachid, no asistió al acto oficial al estar aquejado de covid-19.
La posición sobre el Sáhara Occidental, según afirmó el rey en su discurso de agosto, es la vara de medir con la que Rabat evalúa la sinceridad de la amistad y las asociaciones que establece con otros países. Mohamed VI ha reiterado que, ante la ambigüedad que muestran algunos gobiernos, es preciso que aclaren su postura sobre la cuestión, de forma “que no se preste a ningún equívoco”. En un mensaje dirigido el miércoles a los reyes de España con motivo de la fiesta del Doce de Octubre, el monarca alauí expresó su satisfacción por “el nivel privilegiado de las relaciones de amistad y cooperación” entre ambos reinos.
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Mohamed VI no hizo tampoco mención a Ceuta y Melilla, a las que Marruecos considera parte de su territorio nacional. En una carta enviada el 9 de septiembre a la Oficina del Alto Comisionado de Derechos Humanos de la ONU, el Gobierno de Rabat afirmó que su país “no cuenta con fronteras terrestres con España” y que Melilla “sigue siendo un presidio ocupado”. Tras difundirse la misiva el jueves, un alto cargo del Ministerio de Exteriores marroquí reconoció que la declaración hispano-marroquí del pasado 7 de abril por la que se puso fin a un largo periodo de alejamiento diplomático admitía que entre ambos países hay también “fronteras terrestres”.
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