El Rey ha llamado este martes a los líderes aliados a mantener la unidad ante un mundo “más incierto, más complejo y más peligroso”, donde su funden las antiguas amenazas con las nuevas y el “optimismo estratégico” ha dado paso al “realismo estratégico”. Ante los mandatarios asistentes a la cumbre de la OTAN que se inaugura este miércoles en Madrid, Felipe VI ha recordado que “la guerra ha vuelto a Europa” y eso supone, más allá del coraje y dignidad del pueblo ucranio, que ha elogiado, un “trágico fracaso para el mundo”. “La agresión injustificable de Rusia contra Ucrania es una violación flagrante de la integridad territorial de un Estado soberano”, ha dicho el Rey, en un discurso pronunciado íntegramente en inglés, al inicio de la cena celebrada en el Palacio Real. “Ningún país es ajeno a esta guerra. La misma seguridad de España y Europa Occidental también pasa por Ucrania. Aquellos que creemos en la democracia, los derechos humanos y un orden internacional abierto y basado en reglas debemos unirnos para apoyar al pueblo ucraniano”, ha remarcado.
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A la cena, celebrada en el comedor de gala del Palacio Real, estaban invitados 60 comensales: 14 presidentes, 21 primeros ministros y la presidenta de la Comisión Europea, Ursula Von der Leyen, y el secretario general de la OTAN, Jens Stoltenberg, además de 18 acompañantes. Este último, sin embargo, se ha quedado en la sede de la cumbre (la Feria de Muestras de Madrid), explicando a la prensa el acuerdo entre los presidentes de Turquía y Finlandia y la primera ministra sueca que ha permitido desbloquear el ingreso de los dos países nórdicos en la Alianza, tras levantar su veto Ankara.
Los Reyes han saludado a los comensales en el Salón del Trono, donde han charlado cordialmente con el presidente estadounidense, Joe Biden, y su esposa Jill —con la que doña Letizia ha visitado en los dos últimos días una asociación de lucha contra el cáncer y un centro de acogida de refugiados ucranios—, antes de pasar al Salón de Columnas y de hacerse la foto de grupo con los invitados.
El rey ha subrayado que el Palacio Real nunca había reunido a tantos jefes de Estado y de Gobierno, aunque España ya acogió una cumbre de la OTAN hace un cuarto de siglo, en 1997, cuando se vivía un “optimismo estratégico” tras la caída del Muro de Berlín y la disolución de la Unión Soviética.
Felipe VI ha puesto deberes a los líderes aliados, a quienes ha señalado que la Cumbre de Madrid debe proporcionar “la convicción, la guía y los instrumentos necesarios” para adaptarse a la nueva realidad, no solo con la aprobación del nuevo Concepto Estratégico, la hoja de ruta de la OTAN para la próxima década, sino un conjunto de instrumentos que permitan reforzar su capacidad de disuasión y defensa, consolidar la fuerza de sus sociedades, mantener su ventaja tecnológica, prepararse para el impacto del cambio climático y dotar a la Alianza de los “recursos necesarios”. “La unidad ha sido la clave para el éxito de la OTAN a lo largo de su historia y hoy tiene un valor fundamental. […] En ninguna parte esto será más evidente que en esta cumbre”, ha subrayado.
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La cena en el Palacio Real ha sido el prologómeno de la cumbre que durante dos días se desarrollará en la capital española. Una vez superado el veto turco, la OTAN invitarán formalmente a Suecia y Finlandia a ingresar en la organización, un proceso que llevará varios meses, pues deberá ser ratificado por los parlamentos de los 30 países miembros.
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