A inicios de 2017 el mundo intentaba explicarse qué llevó a Donald Trump a ganar la presidencia de Estados Unidos. La gente acudió a los libros. En aquel momento, dos se colocaron a la cabeza de las listas de ventas. Uno era 1984, la distopía de George Orwell publicada casi 70 años atrás. El otro era Hillbilly, una elegía rural, el relato familiar de James David Vance, un inversionista educado en Yale y criado en una familia blanca pobre de la zona de los Apalaches. El texto, que se convirtió en un éxito de ventas, fue considerado esencial para comprender la ira de la clase trabajadora blanca que se sintió desplazada y vio en Trump una oportunidad de venganza. La primera tirada de junio de 2016 fue de 10.000 ejemplares, pero el inesperado triunfo del empresario neoyorquino catapultó las ventas un año después hasta el medio millón, además de otras 300.000 descargas electrónicas y de audio. La historia de su vida encontró en la elección presidencial más insólita la mejor campaña de mercadotecnia.
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JD Vance, de 36 años, comunicó el jueves que buscará la candidatura republicana por el Estado de Ohio para las elecciones de medio mandato de noviembre de 2022. El autor hizo su irrupción en política en una fábrica de tubos de su pueblo, Middletown, un guiño a la clase trabajadora en una región industrial que votó por Trump en los comicios de 2016 y 2020. El aspirante se suma ahora a otros seis contendientes que buscan sustituir al conservador Rob Portman, quien abandona su escaño en la Cámara alta tras una década criticando el clima político de profunda polarización. Ohio es uno de los seis Estados considerados campo de batalla por los republicanos, quienes buscan romper el empate 50-50 con los demócratas y arrebatarles el control del Senado el próximo año, un paso vital con miras a las presidenciales de 2024.
La vida de Vance ha sido adaptada al cine por el oscarizado Ron Howard. La película, estrenada en Netflix, era una de esas historias de superación que comenzó en la pobreza de un pueblo de Ohio, con un padre ausente y una madre adicta a las drogas que se casó cinco veces. El autor fue criado por sus abuelos maternos, especialmente su abuela, una mujer originaria de Kentucky con un carácter violento, pero a la vez la única voz en su familia que lo motivó durante su infancia. “Nunca seas como estos malditos perdedores que creen que los dados están cargados en su contra”, le decía la matrona refiriéndose a quienes los rodeaban en Middletown. “Mamaw [la abuela] tenía dos dioses: Jesucristo y los Estados Unidos de América. Yo no era diferente”, escribe Vance en sus memorias, que condensan la ética del trabajo duro. El consejo de la abuela caló y la historia tuvo final feliz. Rehabilitación y reencuentro con la madre y graduación en una de las facultades de leyes más reputadas del país.
“Quiero luchar por los pequeños negocios que están lidiando por contratar y convertirse en mejores empresas porque el Gobierno y las grandes corporaciones se lo están poniendo más difícil”, dijo Vance en el evento que inició su vida política. El lanzamiento de su campaña era un secreto a voces. En abril, Axios informó de que el financiero viajó a Mar-a-Lago, la residencia de Trump en Florida, para pedir el consejo del expresidente y buscar su apoyo. A la visita lo acompañó Peter Thiel, el multimillonario de Silicon Valley y fundador de PayPal que ha apoyado diversas causas conservadoras y otras que simpatizan con la extrema derecha. Vance comenzó su carrera financiera en Mithril, una firma de inversión creada por Thiel, quien ya ha comprometido 10 millones de dólares [unos 8,4 millone de euros] de su fortuna para respaldar a su pupilo.
La historia de Vance y Trump, sin embargo, ha dado muchos vuelcos. Poco antes de la elección de 2016, Vance mostró en las redes sociales la poca simpatía que le generaba. “Trump hace que la gente que quiero tenga miedo: inmigrantes, musulmanes, etc. Por esto lo encuentro objetable. Dios quiere lo mejor de nosotros”, escribió en un tuit que borró tiempo después. En las presidenciales de 2016, Vance votó por Evan McMullin, un exagente de la CIA que sumó apoyos entre republicanos críticos con Trump e independientes para finalmente obtener 730.000 votos en todo el país. Cuatro años de trumpismo han transformado profundamente las dinámicas internas del partido. El expresidente ganó Ohio por ocho puntos tanto en 2016 como en 2020, lo que hace necesario su respaldo de momento.
Vance ha arrancado la campaña con un mensaje duro contra las tecnológicas, uno de los puntos que los sectores conservadores esperan escuchar de los candidatos republicanos. “La gente en este país ya no puede decir lo que piensa y eso es por Silicon Valley. Mientras más gente se da cuenta de esto, en la izquierda o en la derecha, más se hace para impedir la libertad de expresión”, ha dicho Vance recientemente al medio ultraconservador Breitbart, fundado por Steve Bannon, el polémico exestratega de Trump. Vance ha invertido una cantidad “significativa” a través de su firma Narya Capital en Rumble, una plataforma canadiense de vídeos que se considera el YouTube de la ultraderecha. “En Rumble serás bienvenido mientras hagas un buen trabajo y tengas buenas ideas, sin importar si eres de extrema derecha o de extrema izquierda”, afirmó Vance en la entrevista.
Las aspiraciones políticas de Vance han sorprendido a pocos. Es un candidato natural. Su libro lo convirtió hace años en el traductor de la clase baja blanca de Estados Unidos y en portavoz del malestar de los sectores obreros del cinturón de óxido, el llamado Rust Belt, y la zona de los montes Apalaches, que se extiende desde Pensilvania, al noreste, hasta Georgia y Alabama, al sur. “No hay grupo más pesimista en Estados Unidos que los blancos de la clase trabajadora. Más de la mitad de los negros, latinos y blancos educados esperan que sus hijos tengan mejores oportunidades económicas que ellos. Entre los blancos de la clase trabajadora solo el 44% tienen esa expectativa”, escribió Vance en su elegía rural. Reflexiones como esta han hecho del financiero superventas un colaborador de CNN, The New York Times y, de forma más habitual, en los canales que comunican con el votante republicano como Fox News. Falta por ver si la exposición mediática y el pulso que tiene con los sectores populares son suficientes para una campaña política que aún debe despegar.
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