El presidente de El Salvador, Nayib Bukele, acusó a la comunidad internacional de “financiar” una “oposición perversa”, en referencia a las protestas en las que han participado miles de salvadoreños para mostrar su rechazo al Gobierno.
“Un grupo de personas salió a las calles supuestamente a luchar por la libertad. Esas personas no se movilizaron solas. Lamentablemente han conseguido apoyo de la comunidad internacional. Lo triste es que están financiando a una oposición perversa, que no le importa golpear niños, ancianos, vandalizaron no solo monumentos, sino propiedad pública (…) y no es la primera vez que lo hacen. En todas sus manifestaciones lo hacen”, dijo este miércoles el mandatario, informa el medio salvadoreño La Prensa Gráfica.
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Respecto a las protestas, manifestó también que el Gobierno “no ha reprimido” y “no ha utilizado ni una sola lata de gas lacrimógeno”, aunque advirtió que podría “ser necesario” en caso de que “algún día” las marchas obtuviesen mayor “financiación”.
En este sentido, dijo que “hay muchos” en la comunidad internacional que “siguen vendiendo” una “dictadura que no existe”. “Muchos que incluso viven en países que pudieran ser considerados dictadura o al menos si reprimen a sus poblaciones, le lanzan gases lacrimógenos, los golpean, los arrestan, los arrastran en las calles”, criticó.
Miles de salvadoreños salieron a las calles de San Salvador este miércoles para protestar contra el Gobierno de Bukele, el mismo día en el que se conmemora el bicentenario de la independencia del país centroamericano.
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En la marcha, los manifestantes mostraron su desaprobación a la concentración de poder en el Ejecutivo salvadoreño y a medidas adoptadas recientemente, como el uso del bitcoin como moneda de curso legal en el país o la destitución de jueces.
De forma paralela, recoge la prensa salvadoreña, los ciudadanos, entre los que figuran miembros de la sociedad civil, veteranos de guerra, organizaciones estudiantiles, colectivos feministas, jueces y miembros de comunidades indígenas, exigen una “restauración” del orden democrático y del Estado de Derecho en el país centroamericano.
Bukele ha levantado polémica y críticas recientemente, tanto en El Salvador como entre la comunidad internacional. La Asamblea Legislativa, afín al mandatario, destituyó a jueces de la Sala de lo Constitucional del Tribunal Supremo nada más tomar posesión, un movimiento interpretado como un paso hacia el autoritarismo.
La impuesta Sala de Constitucional avaló recientemente la reelección presidencial inmediata, de modo Bukele queda habilitado para optar a un segundo mandato.
Asimismo, a la polémica aprobación del bitcoin como moneda de curso legal se suman otras medidas adoptadas recientemente, como la aprobación por parte de la Asamblea de una batería de reformas de la Ley de Carrera Judicial que, entre otros aspectos, significará la expulsión de más de 150 jueces.
(Europa Press)
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