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El satélite IRIS, el ojo que observa y estudia el Sol

Cada día conocemos un poco mejor nuestro Sistema Solar. Sin embargo, los esfuerzos que se realizan son titánicos para llegar a las zonas más complejas, como puede ser el estudio del Sol. Para ello, se lanzó hace ahora unos seis años el satélite IRIS, encargado de observar el astro que da luz y vida al planeta Tierra.

Cuanto mejor conozcamos el Sol, más sabremos sobre el origen del Sistema Solar, cuyos mundos se formaron a raíz de la materia expulsada por esta estrella. Gracias a ello, también conoceremos mejor el origen de la vida en la Tierra, su presente, su futuro y la evolución en los próximos años.

Pero no es sencillo entender algo tan complejo como una estrella. Por eso, aprovechando la tecnología y los conocimientos actuales, la NASA puso en órbita el satélite IRIS, una especie de ojo espacial capaz de analizar la energía solar para que podamos entenderla y aprovecharla mejor.

Sin duda, esta es una misión muy importante para nuestro mundo y la pervivencia de las especies terrestres. Ahora que los combustibles fósiles empiezan a escasear y se han mostrado muy contaminantes, poder aprovechar la energía solar de forma cada día más eficiente es vital para que los humanos podamos prosperar sin poner en riesgo a nuestro mundo.

Cómo es el satélite IRIS y qué podemos esperar de él

Así pues, en 2013 se envió al espacio este satélite para intentar conocer esos vientos solares que emanan de esta estrella y son capaces de cubrir millones de kilómetros para alcanzar distancias extraordinarias, pues su efecto se nota incluso en el lejano Plutón.

El IRIS es capaz de obtener imágenes en alta resolución, y también espectros que proporcionan observaciones de 240 kilómetros a través del Sol, ‘atravesando’ su exterior ardiente. Todo ello gracias a un telescopio ultravioleta que capta estas emisiones y atrapa fotografías de vital importancia para entender al astro rey.

Hasta ahora, jamás se había visto la atmósfera solar con tanto detalle como lo que está consiguiendo este satélite que, según sus responsables, nos dará más de una sorpresa y capturará imágenes con cosas que no esperamos ver.

En un futuro, cuando conozcamos mejor el Sol, sabremos también proteger nuestras naves espaciales que viajen a la Luna o a Marte para que los instrumentos, la electrónica y las personas que marchen en ellas vayan con total seguridad logrando que cada aventura espacial acabe como debe y sin sobresaltos.


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