La elección del nuevo titular de la Comisión de Derechos Humanos (CNDH) de México ha abierto un nuevo frente entre el Gobierno y la oposición en el Senado. La Cámara Alta eligió el jueves a Rosario Piedra, hija de la activista por los desaparecidos Rosario Ibarra de Piedra y excandidata del partido del Gobierno, como nueva ombudsperson (defensora del pueblo). Tras la votación, el conservador Partido Acción Nacional (PAN) condenó la pérdida de autonomía de la máxima tribuna en defensa de derechos humanos en el país, acusó fraude y pidió que se repitiera el proceso si se pretendía que el nuevo titular tuviera legitimidad. Morena, el partido mayoritario en el Congreso, ha cedido y ha anunciado este martes que se volverá a votar para decidir quién ocupará por los próximos cinco años el cargo al frente de la CNDH.
La elección de Piedra resultó desde el principio polémica. Su madre recibió del Senado el pasado 23 de octubre la medalla Belisario Domínguez, la máxima condecoración del Gobierno mexicano. Semanas después, Rosario Piedra regresó a la Cámara alta semanas después como aspirante a dirigir la CNDH. Fueron dos los reclamos de la oposición: que no tiene las credenciales necesarias más allá de ser hija de su madre y que era militante de Morena, lo que amenazaba el margen de maniobra de la CNDH como órgano autónomo. Ningún ómbudsman había reconocido abiertamente su simpatía por algún partido político. El presidente, Andrés Manuel López Obrador, no ha ocultado su predilección por Piedra, al decir que prefiere que el órgano quede en manos de una víctima y no en las de un experto o académico. Las fuerzas políticas no lograban ponerse de acuerdo para elegir a la terna de los 56 aspirantes a ocupar el cargo y ninguno de los candidatos lograba obtener la mayoría necesaria de dos tercios de los legisladores presentes.
Se tuvo que votar tres veces. Y horas después de que se eligiera a Ibarra, el PAN denunció el proceso de votación. Primero acusó a Ricardo Monreal, líder de la bancada del partido del Gobierno, de votar dos veces, aunque después se retractó. Los panistas reclamaron después que Morena no había contado dos votos, lo que permitió que los 76 sufragios obtenidos por Ibarra fueran suficientes para alcanzar la mayoría calificada. Monreal respondió en una rueda de prensa y expuso unas conversaciones de WhatsApp del grupo parlamentario del PAN en las que Marko Cortés, el líder del partido, ordenaba “armar un desmadre” y manchar el proceso. El PAN replicó con una denuncia por espionaje. Días después, siete aspirantes a la CNDH amagaron con solicitar un amparo y los legisladores panistas amenazaron con no dejar que Ibarra tomara posesión, en la ceremonia prevista para este martes. La amenaza se cumplió clausurando el pleno de sesiones con pancartas que acusaban fraude en la elección. “¿Qué validez tendría una presidencia impuesta con robo de votos, con fraude?”, ha cuestionado Damián Zepeda, senador del PAN. “Las y los senadores deben mostrar su voto para dar transparencia y certeza a las y los mexicanos”, ha añadido la panista Kenia López, presidenta de la comisión parlamentaria de Derechos Humanos.
El senador Monreal justificó que repetir la votación obedecía a una decisión más política que legal y que se votaría entre la misma terna, que incluye a Piedra, Arturo Peimbert y José de Jesús Orozco. “Morena no puede estar sometido a la duda o a la desconfianza”, ha dicho Monreal. Está previsto que el bloque de Morena y sus aliados -el Partido del Trabajo, Encuentro Social y el Partido Verde Ecologista- se acerque a la mayoría de dos tercios, aunque no está claro si algunos senadores de la oposición repitan sus apoyos a Piedra tras el tirante ambiente en la Cámara alta.
Source link