La miel es un ingrediente preciado en la cocina pero seamos realistas: ¿Cuántas veces se queda pegada obstinadamente a la cuchara y, al intentar quitarla, acabamos manchando la mesa y quizás hasta las manos? Una gran molestia que concierne, además de a la miel, a otras sustancias viscosas como los jarabes y las melazas y que con mucho gusto evitaríamos. De hecho, en ocasiones, la dificultad de manejar la miel sin ensuciarse hace que incluso renunciemos a utilizar o probar este néctar, pero existe un truco que además es fácil de aplicar y que os servirá para evitar que la miel se pegue a la cuchara.
Evitar que la miel se pegue a la cuchara
Si deseas poder coger la miel con una simple cuchara y echar esta por ejemplo en un vaso de leche caliente, en una tostada o en cualquier receta en la que necesites este ingrediente sin tener que sufrir porque se ha pegado, existe un sencillo truco que además te servirá para cualquier otro alimento o sustancia pegajosa que desees despegar de una cuchara o también, de cualquier otro cubierto.
Para evitar que esto suceda, o al menos para reducir las cantidades que se desperdician, el consejo es cubrir las paredes internas de la cuchara o del cubierto que estemos utilizando con un poco de aceite. No hace falta ni tan siquiera sea una gota. Tan sólo humedeces tu dedo con un poco de aceite y pasas este por la cuchara, asegurándote de que se esparce bien sobre la superficie antes de coger la miel. Solo una vez que nuestra cuchara o cubierto esté bien engrasado podremos proceder a recolectar miel y similares. De esta forma, nuestros ingredientes pegajosos se pueden coger perfectamente sin ningún problema. Con este truco, comprobarás de inmediato cuando al echar la miel, esta baja por la cuchara sin problema y acaba cayendo allí donde lo desees.
Sin embargo, no todo el mundo ama el hecho de añadir aceite, aunque sea un simple velo para humedecer un poco la cuchar. Podemos recurrir entonces a otras dos soluciones. La primera consiste en algo que también es muy sencillo: consiste en enjuagar nuestra cuchara con agua caliente antes de coger la miel. Por otro lado, podemos recurrir también a la harina. Simplemente tienes que espolvorear un poco en el interior de la cuchara y luego coger la miel, jarabe, melaza o cualquier otro ingrediente que no sea absorbido por la harina y comprobarás que desaparece el problema de que se queden pegados.
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