El presidente permaneció una hora en el subterráneo Centro de Operaciones de Emergencia Presidencial, que en el pasado fue utilizado durante ataques terroristas.
La muerte de George Floyd cimbró a Estados Unidos y como muestra del total rechazo al abuso policial del que fue víctima y que muchos otros afroamericanos han sufrido, miles de estadounidenses salieron a protestar a las calles de diferentes ciudades desde el martes pasado.
Washington DC, capital estadounidense, fue una de las ciudades en donde se registraron masivas movilizaciones. Tan solo el viernes por la noche un numeroso grupo de manifestantes se dieron cita frente a la Casa Blanca, la cual fue protegida inmediatamente por barricadas de seguridad encabezadas por el Servicio Secreto.
Pero nada detuvo a los manifestantes, entre gritos exigían justicia por la muerte de Floyd, quien fue brutalmente lastimado por un policía de Minneapolis durante una detención. De un momento a otro, comenzaron a lanzar ladrillos y piedras, mientras otros prendían fuego frente a la sede en donde habita el presidente Donald Trump y su familia.
El domingo por la noche, un funcionario de la Casa Blanca reveló que en medio de la confrontación entre manifestantes y agentes de seguridad, el Presidente fue llevado al búnker subterráneo conocido como el Centro de Operaciones de Emergencia Presidencial que en el pasado fue utilizado durante ataques terroristas.
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Según relatan medios estadounidenses, el mandatario, su esposa, Melania Trump, y su hijo menor, Barron, permanecieron en el búnker menos de una hora antes de volver a ser trasladados a la parte de arriba de la Casa Blanca.
Luego de la experiencia en el búnker, el Presidente se trasladó el sábado por la mañana a Florida para presencial el lanzamiento de la nave Space X. De última momento, la primera dama decidió no acompañarlo y permanecer en la residencia oficial.
El mismo sábado, a través de Twitter, Trump lanzó comentarios contra las movilizaciones, incluso aseguró que éstas nada tenían que ver con la muerte de Floyd.
Respecto a lo ocurrido el viernes por la noche, únicamente aseguró que se había sentido protegido por el Servicio Secreto y que de haber rebasado los límites de seguridad, los manifestantes se habrían enfrentado con “perros viciosos” y “armas siniestras”.
Con información de NYT y CNBC