El suculento y ecológico negocio del cobre: Telefónica obtiene 131 millones con el reciclaje de cables

Mazos de cable de cobre en una antigua central de Telefónica.
Mazos de cable de cobre en una antigua central de Telefónica.

Telefónica avanza en su plan de sustituir las viejas instalaciones que daban servicio telefónico a través de una red de cable de cobre por la más moderna red de fibra óptica. La sustitución no solo tiene beneficios tecnológicos y ecológicos —la fibra es mucho más eficiente y consume menos energía— sino también crematísticos: la operadora obtuvo unos ingresos extra de 131 millones en 2020 con la venta y reciclaje del cobre y otros materiales procedentes de las antiguas centrales y de la red que se usaba para la telefonía fija y la conexión a Internet por ADSL, según datos de la compañía a los que ha tenido acceso este diario.

La multinacional española alcanzó en el primer semestre de 2021 el hito de 1.000 centrales de cobre cerradas, lo que supone seguir avanzando en su plan de digitalización y transformación de la red para ofrecer la mejor conectividad, que prevé ofrecer fibra óptica en todo el territorio español en 2025.

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El compromiso forma parte del llamado Pacto Digital que anunció hace un año el presidente de Telefónica, José María Álvarez-Pallete, para la modernización y digitalización de empresas, pymes, autónomos y Administraciones públicas, y que incluye también el despliegue de la nueva red de telefonía móvil 5G en la mayor parte del territorio.

Telefónica puso en marcha un plan en 2016 para el cierre de centrales de cobre y la expansión de la fibra óptica. Desde esa fecha, ha desmontado 65.000 toneladas de cable, ha reciclado 7.140 toneladas de residuos de aparatos eléctricos y electrónicos (denominados RAEEs) y ha reutilizado más de 128.000 tarjetas en su red.

El cobre se ha convertido en los últimos años en un material muy apreciado por la industria. Su precio además se ha disparado en los últimos meses tras la pandemia por la demanda creciente de China y la escasez de la producción que encabeza Chile, en cuyas principales minas se han vivido huelgas en las últimas semanas en demanda de mejoras salariales.

Ahorro energético

No menos relevante es el ahorro energético conseguido con la medida. La fibra hasta el hogar (FTTH) es un 85% más eficiente energéticamente en el acceso del cliente que la red de cobre. La renovación ha permitido ahorrar 1.000 gigavatios-hora (GWh) desde su inicio, lo que supone evitar la emisión a la atmósfera de 355.000 toneladas de CO₂, equivalente al carbono capturado por seis millones de árboles.

Además, hace falta mucha menos fibra para llegar a más clientes que con la antigua red de cobre. Un mazo de cobre de 2.400 pares permite dar servicio a 2.400 clientes, mientras que un cable de fibra de 256 fibras da servicio a un total de 16.384 usuarios, según las estimaciones realizadas por la propia compañía. En cuanto a la reducción del espacio, una central de fibra da servicio al mismo número de accesos que se atiende desde cuatro centrales de cobre y la tecnología de acceso de fibra ocupa solo el 15% del espacio del acceso de cobre.

Telefónica defiende que el proceso de cierre de las centrales de cobre conlleva un impulso de la economía circular, basándose en la reducción, reutilización y reciclaje. El ahorro energético y de espacio junto con el reciclaje de componentes y la mejora medioambiental que implica el apagado de tecnologías en desuso permite además a la compañía avanzar en su compromiso medioambiental estratégico de emisiones netas cero para el 2025.

España está a la vanguardia en Europa en conexiones de fibra óptica. A finales de junio pasado, el número de abonados superó los 12,1 millones, lo que supone un aumento de 1,4 millones de líneas con esta tecnología frente al mismo mes de 2020, según el último informe de la Comisión Nacional de los Mercados y de la Competencia (CNMC). Este incremento de líneas de fibra contrasta con la pérdida de 700.000 líneas con tecnología ADSL, que usa la red de cobre para su conexión.

El potencial de crecimiento es muy grande aún, porque solo los cuatro operadores principales (Telefónica, Orange, Vodafone y MasMóvil) tienen una cobertura de red de fibra que llega a 50 millones de unidades inmobiliarias (hogares, locales y oficinas). La más extensa es la de Telefónica que alcanza los 26,1 millones de hogares.


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