El Tribunal Supremo, la máxima autoridad judicial de Estados Unidos, desestimó este lunes dos denuncias contra el expresidente Donald Trump por supuesto incumplimiento de la norma constitucional que prohíbe a un jefe de Estado en el cargo enriquecerse a través de un Gobierno de un país extranjero. El Alto Tribunal argumenta que Trump ya no está en el cargo y, por lo tanto, se archivan los procesos en marcha. No hubo ninguna discrepancia entre los jueces del Supremo, de mayoría conservadora.
Existían dos litigios abiertos, los dos relacionados con el hotel de Trump en Washington. El primero se inició después de que abogados de Washington y del Estado de Maryland argumentaran que el exmandatario había violado la carta magna al aceptar pagos de cargos extranjeros y autoridades de EE UU a través del conocido como Trump International Hotel, en el centro de la ciudad, en la calle que lleva al Capitolio y cerca de la Casa Blanca. Los letrados argumentaban que esas delegaciones extranjeras contribuían a los ingresos del hotel de Trump con la esperanza de ganarse el favor del presidente, en un claro abuso de la norma constitucional.
El segundo de los casos analizados por el Supremo fue presentado por varios empresarios del sector de la hostelería, que vieron en las acciones del entonces presidente una competencia desleal que perjudicaba a sus hoteles y restaurantes.
Para el Supremo, los dos casos centrados en el hotel en Washington se han quedado “obsoletos”. El Alto Tribunal hace hincapié en que el magnate ya había abandonado la Casa Blanca. En el núcleo de estas demandas interpuestas contra Trump se encontraba la conocida como cláusula de emolumentos de la Constitución estadounidense, que está sujeta a interpretaciones muy subjetivas desde que se redactó, hace ya casi 250 años. “Ninguna persona con un cargo (…) debe sin el consentimiento del Congreso” aceptar regalos u otros beneficios de países extranjeros, reza.
Uno de los grupos que denunciaron a Trump fue Ciudadanos en Defensa de la Responsabilidad y la Ética. En su opinión, según contaron este lunes a la CNN, las denuncias muestran “los cuatro años de corrupción” que han beneficiado a Trump. Estas prácticas permitieron al republicano, según este grupo, mantener sus negocios a escala global, amasar beneficios y obtener pagos de Gobiernos y autoridades extranjeras y norteamericanas.
Los analistas que comentaban en las cadenas de televisión el dictamen del Supremo consideraban que esta decisión podía dar una pista sobre cuál será el horizonte judicial de Trump, que todavía enfrenta varios casos. El último de ellos, el impeachment al que será sometido —por segunda vez— tras ser acusado de incitación a la insurrección por alentar a sus partidarios el pasado 6 de enero a asaltar el Congreso de EE UU cuando se certificaba la victoria de su rival, el demócrata Joe Biden.
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