El Tribunal Supremo de Estados Unidos ha fallado este jueves a favor de que una agencia de adopción católica rechace las solicitudes de las parejas del mismo sexo en Filadelfia. La ciudad limitó el contrato con Catholic Social Service (CSS) cuando esta se negó a considerar a los matrimonios de la comunidad LGTBIQ como posibles padres o madres adoptivos de manera temporal. La agencia interpuso una demanda por violación a la “libertad religiosa”. Los nueve jueces de la máxima instancia judicial de EE UU votaron en contra de la acción de Filadelfia por considerar que viola la primera enmienda de la Constitución.
En 2018, Filadelfia se enteró a través de un reportaje del periódico Philadelphia Inquirer que la CSS no derivaba a los menores a su cargo a parejas del mismo sexo. La ciudad sostuvo entonces que las casi 30 agencias de adopción con las que trabaja deben respetar las leyes locales antidiscriminación como parte de sus contratos y le pidió a la organización católica que cambiara su política. Cuando esta se negó, le dejaron de enviar menores a su centro, limitando las condiciones establecidas en el contrato original.
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“La negativa de Filadelfia a contratar a la CSS para la prestación de servicios de crianza temporal, a menos que acepte certificar a las parejas del mismo sexo como padres de crianza temporal, viola la primera enmienda”, que garantiza el derecho a las libertad religiosa, escribió el presidente del Tribunal Supremo, John Roberts. La “CSS solo busca una modificación que le permita continuar sirviendo a los niños de Filadelfia de una manera consistente con sus creencias religiosas; no busca imponer esas creencias a nadie más”, agregó Roberts en el escrito respaldado por seis de los nueve jueces, entre los que se encuentran conservadores y progresistas, como las juezas Amy Coney Barrett y Sonia Sotomayor.
La CSS interpuso una demanda contra Filadelfia, alegando que la obligaba a violar sus puntos de vista religiosos sobre el matrimonio. La ciudad dijo que la organización sin fines de lucro era libre de expresar y practicar sus puntos de vista religiosos, pero no de dictar los términos de los contratos municipales. Un tribunal falló de forma unánime a favor de la ciudad, asegurando que estaba en su derecho de poner fin al contrato y que no estaba apuntando a la agencia por sus puntos de vista religiosos. Inconforme, la CSS llevó el caso al Supremo, donde este jueves ha recibido un fuerte espaldarazo en un fallo que supone un revés para el movimiento por los derechos de los homosexuales.
Desde que el Supremo falló a favor del matrimonio gay en Estados Unidos en 2015, se han presentado varias demandas de pequeñas empresas y personas que ofrecen servicios para bodas que alegan que sus creencias religiosas no les permiten trabajar para las parejas del mismo sexo. Uno de los más sonados ocurrió en 2018, cuando el máximo tribunal dio la razón al pastelero de Colorado que rechazó elaborar una tarta nupcial para la boda de dos hombres.
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