Desde que Chanel triunfara en el Benidorm Fest y pasara a representar a España en Eurovisión su nombre no ha dejado de sonar en los medios de comunicación. Tras hacer historia en el talent musical con un tercer puesto que no se veía desde hacía años en nuestro país, la joven hispano-cubana se ha convertido en una de las artistas más aclamadas del panorama nacional. Su voz, su baile y su talento en el escenario ha eclipsado al mundo entero y su tema SloMo ha pasado a encabezar las listas musicales de todas las plataformas. Lo que nadie se imaginaba es que el éxito le iba a jugar una mala pasada.
Todo se remonta a hace una semana, cuando Chanel aterrizaba en Madrid tras su paso por Turín para celebrar en la capital su tercer puesto en Eurovisión. Con motivo de las fiestas de San Isidro, la joven dio un concierto en la Plaza Mayor que fue un éxito rotundo. Miles de personas se agolparon allí para disfrutar de la actuación, en el que fue el primer baño de masas de la artista nada más poner fin al talent musical. Pero no todo fueron risas y jolgorio, sino que también hubo un intento de agresión, como se ha dado a conocer hoy en Socialité. Un error por parte del equipo de seguridad de la cantante habría provocado que un hombre -que aún se desconoce si era fan o no- se colase en el backstage de la artista con una pistola. Un hecho que terminó con la intervención de la policía deteniendo al presunto agresor.
Ha sido Nacho Campillo, vocalista de Tam Tam Go! al que le tocaba salir a cantar poco después de la joven, quien ha relatado los acontecimientos para el espacio televisivo, puesto que él estuvo presente en los camerinos cuando sucedió el incidente. “Estábamos en el camerino un poquito antes de salir y de repente entró la policía con un señor que lo tumbaron al suelo. Un señor así un poco extraño y oí decir que llevaba una pistola”, ha comenzado contando. Al parecer, este fue el momento en el que la vida de Chanel se vio en peligro pues, tal y como ha relatado el testigo, el suceso se produjo muy cerca del escenario, en unos camerinos situados a la derecha de las tablas, unos habitáculos portátiles y sin pestillo, cerrados por una cortina negra. En cuestión de segundos, la parte posterior del escenario se llenó de agentes con chalecos antibalas que cachearon al hombre que lleva consigo un arma y que, afortunadamente, acabó detenido. “No pasó nada porque llegaron como 20 efectivos de la policía y se lo llevaron”, ha confirmado Campillo. De no ser por la rápida actuación de la policía, lo que ha sido un susto podría haber acabado en tragedia. De momento, no han trascendido más detalles sobre lo ocurrido y se desconoce si el arma que portaba el presunto agresor era de fogueo o de verdad. Sea como fuere, todo ha resultado ser un incidente de mal gusto para el recuerdo.
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