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El Talón de Aquiles de Andrés Manuel López Obrador (Artículo)

Por Heinz Dieterich

  1. Sin vanguardia sistémica

Ninguna persona racional negará que AMLO es un político de vanguardia; pero tampoco contradirá que carece de vanguardia sistémica para triunfar en la 4ta Transformación. La carencia de vanguardia, de cuya temeridad no hay conciencia nacional, es el principal Talón de Aquiles del proyecto del Presidente, ante la progresiva desestabilización nacional e internacional –en Colombia, p.e., los subversivos iniciaron una campaña de “falso positivo” contra AMLO, con casi 400 mil hits en tres día tan sólo en twitter: ver @Franciscolombia,  (https://twitter.com/franciscolombia/status/1158909875394613249), —de su proyecto histórico. Dicha debilidad estructural, que en un organismo biológico sería equivalente a la ausencia de un sistema inmunológico (¡!), es explicable, pero no justificable. Analicemos algunas de sus causas objetivas y subjetivas, para contribuir a un debate clarificador en la opinión pública.

  1. Universidades y vanguardia nacional

El lugar orgánico de una vanguardia política-social es el sistema educativo y, en particular, las universidades. De ahí, que cuando Andrés Manuel López Obrador critica a los “cacicazgos” en las universidades y a los académicos que “no salen de los cubículos”, identifica correctamente una causa fundamental del dilema de la 4ta Transformación. Su opinión no es un insulto, sino a statement of fact. Hoy día, las áreas sociales de las academias  públicas son, esencialmente, burocracias inertes, donde impera la mediocridad, el influyentismo y el oportunismo transversal. En términos económicos, se trata de mercados oligopólicos y monopólicos, cuyas relaciones de producción, apropiación y distribución son disfuncionales para la productividad científica. Entre las secuelas de ese ecosistema disfuncional está la escolástica imperante en las torres de marfil, que critica AMLO, y que se vuelve violentamente iconoclasta, cuando se les toca sus prebendas. Otra es el carácter de maquiladoras de esas instituciones, que esencialmente reciclan, en condiciones cómodas, la chatarra ideológica del Primer Mundo, sin ningún valor agregado. Esto explica, porque académicos mediocres como Boaventura de Sousa Santos o Immanuel Wallerstein son las estrellas contemporáneas de las academias y medios “de izquierda” de “comunicación”. Sin embargo, el corolario más destructivo que genera tal situación, es la ausencia de una vanguardia científica-patriótica, que pudiera servir como sistema inmunológico cultural contra la feroz contrarrevolución de color azteca e internacional.

  1. Penta-Euipo de Vanguardia

Ante la ausencia de esa vanguardia y el vacío en las universidades, la protección de la 4ta Transformación mediante anticuerpos culturales (softwares) puede darse de tres formas: la autoconvocatoria y organización de actores sociales sensitivos al peligro; la convocatoria por órganos de la sociedad política o una combinación de los dos. Por ejemplo, la contribución a esta gran tarea nacional de construcción, que hiciera un penta-equípo de comunicadores natos como Tatiana Clouthier, Epigmenio Ibarra, Carmen Aristegui, Carlos Mendoza Aupetit (Canal 6 de Julio) y Guillermo Favela (exsubdirector de Estudios Churubusco y exdirector editorial de El Universal), sería invaluable para garantizar un futuro democrático y progresista de México.

  1. Insuficiencia de Mañaneras 

El invento comunicativo de las mañaneras es valioso, porque garantiza que el gobierno tenga la iniciativa estratégica comunicativa en la agenda temática y los debates cotidianos. Pero, es una innovación necesaria, no suficiente. Entre sus deficiencias fácilmente mejorables están la coreografía, la sobresaturación y la no-repetición del programa en la noche, cuando los que trabajan podrían verlo. Hay carencias más graves, sin embargo. En términos de contenidos, el enfoque del presidente se dirige primordialmente a los excluidos y a los grandes empresarios. Esto es correcto en el sentido, de que los primeros tienen que ser auxiliados de inmediato, y que los segundos son el poder fáctico real. Pero, el descuido comunicativo de las identidades de clases sociales tan poderosas como las medias y la pequeña burguesía, que podrían ser incluidas en la interfase gobierno-población, genera resentimientos de exclusión que se pueden volverse políticamente explosivos.

  1. Mañaneras  e Incubadoras

Otra carencia es, que después de las mañaneras hay un vacío de atención mediática y, sobre todo, de la necesaria concientización del pueblo. Dado que el presidente está limitado en sus posibilidades de interactuar masivamente con la población y, particularmente, los jóvenes; que los partidos políticos no concientizan a nadie, y que no hay think tanks ni equipos comunicativos del gobierno para contrarrestar los fake news desestabilizadores de la reacción, sería conveniente que el gobierno apoyara la formación de foros y redes independientes, que complementen tales tareas. 

  1. Estado primero, Partido después I

La dramática situación de emergencia, en que el presidente recibió el país, exigió que concentrara todos los recursos humanos y materiales en una gestión de crisis (crisis management) para evitar el colapso. En este sentido, las elecciones equivalían a la identificación de un crisis manager cuyas estrategias, a juicio de sectores decisivos de la clase dominante, política, media y popular, pudieran impedir el quiebre sistémico. Dado, que el centro de poder de toda sociedad clasista es el Estado, AMLO priorizó correctamente la tarea de reformarlo, construyendo las herramientas para cumplir el mandato popular. Sin Guardia Nacional, sin inteligencia financiera, sin enfrentamiento a la corrupción institucionalizada del “juicio de amparo”, sin saneamiento de Pemex y la CFE, sin programas sociales nacionales, sin estabilidad del peso, de la bolsa de valores y sin un arreglo con la Casa Blanca, el gobierno de la 4ta Transformación hoy posiblemente ya no existiría.

  1. Estado primero, Partido después II

Ante la emergencia nacional, la priorización de la atención al Estado sobre la del Partido, estuvo plenamente justificada. La pregunta es, ¿cuánto tiempo más se puede dejar la evolución del partido a su dinámica endógena? Evidentemente, sería un grave error pensar, que en la democracia burguesa el Estado puede sustituir al Partido, a la Vanguardia o al mercado. Como también lo es pensar, que el partido, la vanguardia o el mercado puedan sustituir al Estado. Hay equilibrios frágiles entre esas instituciones, cuyas perturbaciones unilaterales pondrían en peligro la funcionalidad del macrosistema. Por eso, la intervención estatal de ese macrosistema en sus componentes estructurales, tiene que ser con sensibilidad macrosistémica o holística, para no autodañarse el interventor.

  1. El Partido concientizador

Morena no es, por supuesto, un partido de vanguardia, sino una alianza electoral heterogénea, que cumplió con su papel histórico de ganar las elecciones. Consumada esa tarea, requiere una transformación ella misma. Por ahora no tiene esprit de corps o un programa teórico que cohesione a los miembros, más allá de unos rubros generales como justicia, seguridad y desarrollo, y, por supuesto, su centro de gravitación, que es Andrés Manuel López Obrador. 

Su evidente y lógica función del futuro es la de servir como agente concientizador y co-organizador del país. Pero, se observan dos tendencias de evolución que podrían poner en peligro esa misión objetiva: 1. la febril lucha por el poder, que parece ocupar tiempo completo a la nomenclatura partidista de arcángeles, querubines y serafines, para mencionar sólo tres jerarquías angelicales. 2. La presunta intención del presidente y de sectores de la nomenclatura, de no convertir al partido en un vehículo de transformación social inmediato y efectivo, como parece indicar el debate sobre el financiamiento de los partidos políticos.

  1. ¿Verdugos de sí mismo?

Es muy probable, que la propuesta reducción al 50 % del financiamiento público de los partidos políticos, que propone el presidente, cuente con el abrumador apoyo de la población. Pero, cuando la presidenta nacional del partido aseguró que Morena puede renunciar hasta al 75 por ciento de su presupuesto para 2020, uno de mis estudiantes se alarmó y me envió el siguiente comentario: “Doctor: me gustaría incursionar en la mente de la dirigencia de Morena y lograr decodificar los intrincados razonamientos que conducen a conclusiones como la que se aprecia en la imagen de un tweet de Yeidckol Polevnsky. ¿Cuál es el afán de ser verdugos de sí mismos? Devolver el 75% de las prerrogativas económicas que la Ley General de Partidos Políticos le otorga al partido es la manera de privar de la vida al Instituto Nacional de Formación Política que nació prematuramente, “sietemecino”. Los recursos económicos que harían las veces de “incubadora”, permitirían al “nacido anticipadamente”, desarrollar las condiciones que se debieron dar durante la “gestación” y que fueron interrumpidas por un “alumbramiento” imprevisto. Mas parece que hay una necesidad perturbadora de sabotearse a sí mismo, allanando el camino a la burguesía, que no requiere del financiamiento público para formar sus propios cuadros: ellos disponen de recursos de todo tipo para educar a sus élites en su previsible futuro asalto al poder, que abarcará todas las formas de guerra, desde la sicológica a la cibernética y económica.”

Comparto plenamente este raciocinio y me pregunto. Será posible, ¿Qué un estudiante de derecho tenga más sentido común y lucidez política que la lideresa del Partido de la Transformación?

  1. ¿Es confuso el Presidente?

Bajo el título inglés, Mexico confusion, el servicio financiero Bloomberg escribe, que “A ocho meses de su mandato de seis años, el presidente mexicano Andrés Manuel López Obrador ha dejado a los líderes empresariales en un estado de parálisis de inversión. Ejecutivos entrevistados recientemente en una visita a esta capital (Washington, HD), describen los problemas para entender las políticas del líder izquierdista y sus anuncios abruptos, llamando al proceso de decisión-making “errático”. Profesores en la Universidad de La Habana comentan lo mismo. ¿Es verdad este meme o es simplemente fake news?

  1. El doble papel de AMLO

AMLO es, al mismo tiempo, un gran líder político y un excelente administrador. Ambos papeles, sin embargo, no son sinónimos. El líder es requerido en situaciones de crisis. Se define por audacia, visión estratégica y autonomía de decisión, que es concedida por las circunstancias objetivas y/o decisores situacionales. La figura republicana (¡!) del dictator romano, al que se confería legalmente pro tempore la plena autoridad del Estado para controlar una situación de emergencia, es la expresión prototípica del líder como crisis manager. Sería una enorme vulgaridad ahistórica-cognitiva, confundir las encarnaciones de esa institución jurídica-política con los viles dictadorzuelos burgueses actuales, como Bolsonaro en Brasil o Maduro-Cabello-Padrino López en Venezuela.

Mientras la actuación del líder es requerida en situaciones excepcionales, del administrador se espera lo contrario. Es símbolo de la tranquilidad para los negocios, del continuismo convencional, y de la previsibilidad del proceso nacional a través de la adecuada asignación de recursos dentro del Estado de Derecho. La contradicción inherente al doble papel de líder (en el sentido romano) y administrador y la situación de emergencia del país, son las razones principales, que generaron en alguna gente honesta –no los desestabilizadores– la idea de que la política del presidente es “confusa” o “errática”. 

  1. Vanguardia y Futuro

Una razón adicional, muy poderosa, es, que el presidente no tiene un ecosistema comunicacional con equipos profesionales, que pudieran explicar de manera holística y con claridad las etapas, tiempos y medidas del quinquenio, que faltan por realizar. Por ejemplo, la combinación deliberada de la política fiscal, monetaria e industrial, y los resultados esperados para el fin del sexenio. O el por qué de una austeridad financiera exagerada que no toma en cuenta para nada el deficit spending de Keynes, priorizando la estabilidad monetaria neoclásica sobre la expansión económica industrial y agrícola. 

Las mañaneras son, en términos lógicos, puntos en la curva de evolución de la historia. Proporcionan un diagnóstico del momento, pero no proyectan la configuración concreta de lo venidero. Para el público en general, la 4ta Transformación parece, en consecuencia, más un espejismo, que una Gestalt concreta, que da cuerpo y estructura al futuro y permite entender al pueblo racionalmente, que el mejor futuro posible es el del proyecto democrático-desarrollista actual.

De esta manera, con una escala de tiempo comprensible y contenidos de praxis concretos, el proyecto histórico de AMLO deja de aparecer un deseo, una utopía deseada, y se convierte en el futuro posible. Sólo esta convicción de las masas y clases sociales hará triunfar esta última gran oportunidad de desarrollo para México.

Heinz Dieterich

Sociólogo, analista político, teórico marxista, asesor de Hugo Chávez, autor del “Socialismo del Siglo XXI” y más de 30 libros sobre la conflictos latinoamericanos. Nacido en Rotemburgo del Wumme, Alemania, y actualmente investigador de la Universidad Autónoma Metropolitana, en la Ciudad de México.

*La opinión aquí vertida es responsabilidad de quien firma y no necesariamente representa la postura editorial de Aristegui Noticias.




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