Anderson Lee Aldrich, quien abrió fuego la noche del sábado en una discoteca LGBTQ+ de Colorado, ha sido arrestado este lunes y acusado del homicidio de cinco personas. El sospechoso principal del más reciente tiroteo masivo de Estados Unidos tendrá que enfrentar también cinco cargos de delitos motivados por el odio, lo que podría acarrear una pena más severa en caso de ser hallado culpable. Las víctimas del ataque al bar Club Q han sido identificadas por las autoridades este lunes. Estas eran Kelly Loving, Daniel Aston, Derrick Rump, Ashley Paugh y Raymond Green Vance, de 22 años, quien visitó por primera vez el sitio de ocio junto con su novia. También ha sido nombrado el héroe de la historia, Richard Fierro, quien peleó contra el tirador. El incidente dejó, además, 18 personas heridas. Una de estas, Barrett Hudson, recibió siete balazos, pero ninguno dañó órganos vitales.
El fiscal de distrito ha revelado ante la prensa local que no descarta que nuevas acusaciones se sumen cuando lleven el caso a los tribunales. La ley de Colorado obliga a que los detenidos conozcan al menos con 48 horas de antelación los cargos que enfrentarán en la corte. En una conferencia de prensa celebrada esta tarde, las autoridades informaron que todavía no se presentan los cargos y dijo a la prensa local que no descarta que puedan sumarse otros una vez que se presenten.
De momento, no se saben los motivos que llevaron a Aldrich, de 22 años, a realizar el ataque. Michael Allen, el fiscal de distrito, evitó decir a los periodistas si los investigadores habían hablado con él, quien estaba ingresado la mañana de este lunes en un hospital de la ciudad, ubicada a 110 kilómetros al sur de Denver.
El tiroteo, no obstante, ha dejado varias claves que permiten al fiscal de distrito enmarcar el suceso como un crimen de odio. Se utilizó un rifle Ar-15 de alto poder, el arma preferida por los tiradores que buscan dejar un gran número de víctimas. Otro fue el lugar y el día elegidos. Un club gay minutos antes de la medianoche del 20 de noviembre, la fecha que conmemora a las personas trans que han sido víctimas de la transfobia. La fiscalía deberá aportar elementos que demuestren que el sospechoso tuvo conductas previas en las que dejó ver sus prejuicios.
Richard Fierro hace un gesto mientras cuenta a los periodistas cómo detuvo al tirador del Club Q.Jack Dempsey (AP)
Aunque la investigación está en su etapa temprana, las autoridades parecen coincidir que el daño que Aldrich buscaba causar sería aún peor de no ser por Richard Fierro. Este hombre, un militar en retiro, estaba sentado en una de las mesas del Club Q junto a su esposa, hijas y amigos viendo un espectáculo de drag queens cuando el tirador comenzó a disparar en contra de los clientes del bar. “Salvó muchas vidas… nunca había conocido a nadie que hubiera hecho actos tan heroicos y fuera tan humilde sobre ello”, dijo el domingo John Suthers, el alcalde de esta comunidad de 480.000 habitantes.
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“No sé lo que hice, pero entré en modo combate. Solo sé que tenía que matar a este tipo antes de que nos matara a todos”, dijo Fierro, de 45, a The New York Times. Con la experiencia que le dieron cuatro viajes de combate a Irak y Afganistán, Fierro saltó de su asiento y se dirigió al origen del fuego en lugar de huir de él. Se abrió paso entre el caos que reinaba en el sitio y cargó contra Aldrich a pesar de su imponente figura. Algunos testigos han dicho que este pesaba al menos 130 kilos y estaba vestido con armadura de combate. A pesar de esto, Fierro lo derrumbó. Ambos cayeron al suelo y el AR-15 salió volando. El héroe de la velada, quien estuvo 15 años en las fuerzas armadas, vio que Aldrich tenía en la mano un arma corta. Se la arrebató y comenzó a pegarle con ella en la cabeza.
Decenas de personas han acudido al memorial que se ha improvisado alas afueras del club nocturno para recordar a las víctimas. Kelly Loving, era una trans de 40 años originaria de Memphis que estaba en Colorado Springs de visita a unas amigas.
Daniel Aston era un hombre trans de 28 años. Él, junto a Derrick Rump, de 38 años y otro de los fallecidos, eran camareros del Q. Han sido citados por clientes y amigos como dos empleados que hacían más sencilla la bienvenida a los clientes que ponían un pie por primera vez en un lugar donde era seguro ser uno mismo.
Ashley Paugh, de 35 años, había ido al club con una amiga a ver uno de los números de entretenimiento de la velada, un monólogo cómico. Era empleada en una organización sin fines de lucro de adopciones. Estaba casada y tenía una hija de once años.
Raymond Green Vance, un empleado de FedEx, también estuvo esa noche en el sitio y la hora equivocadas. A sus 22 años, había visitado por primera vez el Club Q junto a su novia para ver, como hizo Fierro, el número de una drag queen. El gobernador de Colorado, Jared Polis, el primer gay elegido a un gobierno local, ha decretado que las banderas en al entidad ondeen a media hasta los próximos cinco días. Uno por cada persona que perdió la vida dentro del Club Q.
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