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El Tribunal Supremo holandés suspende el pago millonario de Rusia a los accionistas de Yukos

Imagen de archivo del expropietario de Yukos, Mijail Khodorkovsky.ALEXANDER NATRUSKIN (REUTERS)

Victoria parcial para Rusia. El Tribunal Supremo holandés ha suspendido este viernes el pago de 43.000 millones de euros impuesto a Moscú por la quiebra de la petrolera rusa Yukos. Se trata del último giro legal en un litigio que comenzó en 2014, cuando la Corte Permanente de Arbitraje –con sede en La Haya– consideró que la Federación Rusa “atacó a la compañía Yukos por motivos políticos, porque su propietario, Mijaíl Jodorkovsky, empezaba a convertirse en un oponente del presidente Putin”. Los árbitros concluyeron entonces que Rusia debía abonar a los accionistas mayoritarios de Yukos 50.000 millones de dólares (unos 43.000 millones de euros). El fallo del Supremo envía el caso de vuelta a la Corte de Apelación para que sea revisado en un nuevo juicio que decidirá si hubo un fraude accionarial, como sostiene Moscú. La petrolera fue declarada en quiebra en 2006 y expropiada después por el Gobierno del presidente Vladimir Putin.

El ir y venir judicial del caso Yukos en Países Bajos ha terminado por chocar con una cuestión de procedimiento. Los jueces de Apelación tendrán que pronunciarse de nuevo sobre la interpretación dada en 2020 al supuesto fraude. Dicho trámite puede costar varios años. Este viernes, Tim Osborne, director ejecutivo de GML, la compañía que reúne a los antiguos accionistas de Yukos, ha emitido un comunicado en el que señala que “hemos ganado en todo lo sustantivo y confiamos en que la Corte de Apelación de Ámsterdam rechace las alegaciones de la Federación Rusa y se pueda mantener la indemnización”. La oficina de la Fiscalía General rusa lamenta en una nota que el Supremo holandés “no haya rechazado por completo” la decisión de la Corte Permanente de Arbitraje.

Yukos era propiedad de Mijaíl Jodorkovsky, que no ha participado en el caso. Después de pasar más de 10 años en prisión en su país, el empresario fue puesto en libertad en 2013 “por motivos humanitarios” y vive ahora exiliado en Londres. Sus acciones fueron vendidas a la compañía estatal rusa Rosneft. La decisión sobre el caso llega en un momento de tensión entre Países Bajos y Rusia, enfrentados también en los tribunales por la tragedia del vuelo MH17 y la devolución del oro de Crimea, expuesto en 2014 en Ámsterdam poco antes de la anexión de la península por parte de Rusia.

La Corte Permanente de Arbitraje no es un tribunal al uso sino un organismo que resuelve controversias surgidas de tratados internacionales entre países y particulares. En su exposición técnica, en 2014, dijo que Rusia había violado “el Tratado sobre la Carta de la Energía (1994) con la expropiación de Yukos”. Fue una decisión histórica por el monto de la indemnización, el mayor desde su fundación –en 1899– contra un Estado soberano. Moscú interpuso un recurso alegando que el Tratado sobre la Carta de la Energía no había sido ratificado y solo se aplicaba de forma provisional en Rusia, y la justicia holandesa revocó en 2016 la decisión de la Corte Permanente de Arbitraje. El argumento esgrimido fue que los árbitros no tenían jurisdicción en este caso. En otro giro inesperado, en 2020, esa sentencia quedó sin efecto en apelación, también en Países Bajos. De ahí que siguiera su curso hasta el Supremo. Durante todo este tiempo, el pago no se ha hecho efectivo.

Yukos fue la mayor compañía privada surgida tras la desaparición de la Unión Soviética, y el arresto de Jodorkovsky mostró el rechazo del presidente Putin a la presencia de empresarios poderosos en la escena política. Caído Jodorkovsky, Yukos se desintegró ante los elevados impuestos exigidos por el Gobierno ruso. Acabó siendo vendida en subasta a firmas estatales entre 2004 y 2006. A partir de entonces, los antiguos accionistas mayoritarios buscaron la forma de ser indemnizados. A pesar de lo decidido en el Supremo holandés, pasarán años antes de que puedan recuperar –si procede– su dinero.

El vuelo MH17 fue derribado en julio 2014 cuando sobrevolaba Ucrania. Perecieron sus 298 ocupantes, 196 de ellos holandeses. El avión, de las líneas aéreas malasias, cubría la ruta entre Ámsterdam y Kuala Lumpur y se estrelló en la región de Donetsk. Una zona de conflicto armado entre el Gobierno de Kiev y los insurgentes independentistas prorrusos. Tres sospechosos rusos y un ucranio están siendo juzgados –en ausencia porque no han comparecido– por el derribo del aparato con un misil Buk llevado desde Rusia a Ucrania. Este octubre, otro tribunal holandés concluyó que el oro de Crimea, un tesoro formado por cerca de un millar de piezas históricas de la península de Crimea, debe regresar a Ucrania. Expuesto en 2014 en Ámsterdam, cuando iba a ser devuelto a un museo ucranio y otros cuatro abiertos en Crimea, se produjo la anexión de la península por parte de Rusia. Los jueces han resuelto devolver las obras a Kiev, por ser “el Estado soberano que autorizó su salida” para la muestra.

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