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El truco definitivo que te ayudará a conciliar el sueño

Conciliar el sueño es una verdadera pesadilla para mucha gente. No todo el mundo tiene facilidad para dormirse, y dar vueltas en la cama sin llegar a entregarse a los brazos de Morfeo puede convertirse en un verdadero suplicio. Hay diversos trucos que nos ayudan a dormir: contar ovejas, escuchar la radio, relajarse… Pero un estudio científico llevado a cabo por la Universidad de Baylor ha dado con una alternativa: hacer una lista con las tareas por hacer al día siguiente antes de acostarse. Este pequeño gesto, para el que no se requiere más que unos minutos, puede hacerte conciliar el sueño de manera sencilla.

«Vivimos en una cultura en la que nuestras tareas pendientes parecen estar en constante crecimiento. Esto nos lleva a pensar en todo lo que hay que hacer al día siguiente antes de dormir «, ha explicado Michael Scullin, uno de los responsables de la investigación publicada en el último número de la revista Journal of Experimental Social Psychology. Este fue el punto de partida del experimento, con el que se trató de comprobar si el hecho de plasmar en papel estas tareas ayudaba a conciliar el sueño.

Escribir una lista de tareas, ¿el nuevo ‘contar ovejas’ del siglo XXI?

57 estudiantes universitarios participaron en el estudio. Fueron divididos en dos grupos: al primero se le pidió que dedicaran cinco minutos antes de irse a dormir a recopilar lo que tenían que hacer al día siguiente, mientras que a los miembros del otro se les instó a escribir un diario con todo lo que habían hecho a lo largo del día, lo que en principio no debería generar ningún problema para conciliar el sueño. Sin embargo, la hipótesis era que escribir una lista de cosas por hacer ayudaría a “descargar esos pensamientos y minimizar preocupaciones”.

Los participantes se quedaron a dormir en el laboratorio una noche entre semana para que les monitorizaran la actividad eléctrica del cerebro, pensando en que así tendrían más tareas pendientes para el día siguiente. Los estudiantes podían acostarse a las 22:30 horas y estuvieron en todo momento «en un ambiente controlado», según Scullin, ya que se les restringió cualquier dispositivo electrónico. Y aunque la muestra era pequeña, vieron que quienes escribían sus tareas pendientes eran capaces de conciliar el sueño antes y mejor que quienes recopilaban lo mejor del día en su diario.

“Las medidas de la personalidad, la ansiedad y la depresión podrían moderar los efectos de la escritura al quedarse dormido. Y eso podría explorarse en una investigación con una muestra más grande», sostiene el investigador, que quiere indagar si esta práctica puede tener alguna utilidad en personas con verdaderos problemas de sueño, como quienes sufren insomnio.


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