Hacer un huevo frito no tiene mucho misterio ya que es quizás una de las recetas más sencillas que existen. Sin embargo puede ocurrir que a veces al cascar el huevo para echarlo en la sartén se nos caiga y se rompa dentro, o que el aceite no esté lo suficientemente caliente y no quede bien. Dos problemas o errores que se pueden solventar con sólo fijarnos un poco, pero en el caso de que queramos freír el huevo perfecto existe un truco que seguro que vas a poner en práctica. Descubre ahora el truco para hacer que la yema quede en el centro del huevo frito.
Truco para que la yema quede en el centro
Puede que hayas hecho muchos huevos fritos, y que creas que son muy fáciles de cocinar, pero lo cierto es que pocas veces podemos decir que nos han quedado perfectos. De hecho para conseguirlo se requiere de cierta técnica y de saber que un huevo frito considerado como perfecto, será un huevo que esté bien hecho por fuera (es decir, con el borde dorado para que podamos decir que tiene «puntilla), mientras que la yema deberá estar líquida para que al romperlo se pueda degustar mejor.
La clave será entonces echar el huevo asegurándonos que el aceite esté bien caliente y usar correctamente la espumadera para echar un poco de aceite sobre la yema y que esta se cocine bien.
Por otro lado también un huevo frito perfecto será aquel en el que la yema precisamente nos quede en el centro y para ello, nada como aplicar un truco de cocina que consiste en usar la mencionada espumadera para echar el huevo dentro de la sartén.
Fíjate en que sea una espumadera de alambre y no una de teflón con agujeros. Una que tengan un espacio hueco de modo que puedas echar el huevo dentro antes de que vaya a la sartén. Debes asegurarte de hacerlo bien de modo que si no sabes cascar un huevo con una mano mientras que con la otra sujetas la espumadera, puedes romper el huevo y echarlo en un vaso o en un bol para luego pasarlo al utensilio.
Coloca la espumadera sobre la sartén con el aceite caliente y echa el huevo dentro. Deja que la clara se «cuele» por la espumadera y que caiga en la sartén. De este modo, sólo te quedará echar la yema y podrás ponerla justo en el centro. Un truco sencillo que garantiza que el huevo frito que te vayas a comer sea definitivamente, el perfecto.
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