Se veía venir, y este miércoles se ha confirmado de manera definitiva. El último periódico de oposición que aún se publicaba en papel en Hong Kong, el Apple Daily, ha anunciado su cierre definitivo. Con su director, su propietario y otros altos cargos en prisión y sus cuentas congeladas, el diario que había resistido hasta ahora a las presiones de las autoridades locales y de Pekín, ha anunciado que no puede hacer frente a sus pagos. El fin de sus operaciones representa el golpe más duro hasta el momento contra la libertad de expresión en la antigua colonia británica desde la aprobación, el año pasado, de la draconiana ley de Seguridad Nacional.
Según ha indicado el Consejo de Administración de la empresa propietaria del periódico, Next Digital, el cierre se hará efectivo no más tarde del próximo sábado, 26 de junio, debido a las “condiciones actuales” que imperan en el territorio autónomo.
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La decisión, que se esperaba que se anunciara el viernes tras una última reunión del Consejo, se ha precipitado tras la detención este miércoles del principal redactor de editoriales del periódico, Yeung Ching-kee, de 55 años, al parecer como sospechoso de colaborar con fuerzas extranjeras, uno de los delitos que la Ley de Seguridad Nacional castiga hasta con cadena perpetua.
El pasado jueves fueron detenidos el director del periódico, Ryan Law, y el consejero delegado, Cheung Kim-hung, así como otros tres altos cargos del tabloide. Law y Cheung fueron acusados formalmente el viernes de colaboración con fuerzas extranjeras. A ambos se les denegó la libertad bajo fianza. También se congelaron las cuentas bancarias del diario, en las que se guardan 18 millones de dólares hongkoneses (unos dos millones de euros) y sin los cuales el medio de comunicación no podía pagar los salarios de sus empleados. En agosto, el propietario de Apple Daily, el millonario Jimmy Lai, ya había sido detenido como sospechoso de delitos bajo la ley de Seguridad Nacional. Lai cumple actualmente una condena de catorce meses de cárcel por otros cargos relacionados con su participación en las protestas contra Pekín que paralizaron Hong Kong en 2019.
En el caso de Law y Cheung, los cargos derivan de una treintena de artículos publicados en el periódico a lo largo de 2019 -cuando no existía aún la ley de Seguridad Nacional, que en teoría carece de carácter retroactivo- en los que, según la Policía de Hong Kong, se pide que gobiernos extranjeros impongan sanciones contra el gobierno local y las autoridades en Pekín.
El consejo de administración había dado a conocer el lunes, en una serie de memorandos internos, que se vería obligado a ordenar el cierre si a lo largo de esta semana no surtía efecto su petición para que se descongelaran las cuentas bancarias. Ante la inminencia del posible cierre, los gestores del medio habían comenzado a aceptar las dimisiones de los trabajadores sin exigir el plazo reglamentario de preaviso. El martes ya dejó de actualizarse su versión digital en inglés. Según el comunicado oficial, la versión en cantonés dejará de estar operativa a las 23.59 horas del sábado. Ese mismo día como tarde se publicará la última edición en papel.
Tanto en el caso de la detención de Lai como en el de los cinco altos cargos del periódico -en una redada en la que cerca de 500 policías se incautaron, entre otro material, de cuarenta ordenadores de los periodistas-, los lectores corrieron a arropar a este medio. Aunque polémico en muchas ocasiones -apoyaba políticas controvertidas de Donald Trump, y ha recibido acusaciones de sexismo en algunas de sus coberturas-, especialmente desde las protestas de 2019, y bajo las fuertes presiones de las autoridades, se ha convertido en estandarte de una libertad de prensa antaño orgullo de la ex colonia y que ahora parece en sus últimos estertores. Al día siguiente de los arrestos, Apple Daily publicó tiradas de medio millón de ejemplares, que se agotaron en ambos casos en cuestión de horas.
Con el cierre de este medio, fundado hace 26 años, desaparece uno más de los grandes símbolos de las libertades en Hong Kong consagradas en su mini constitución y que, según lo pactado con el Reino Unido antes del traspaso de la soberanía en 1997, China debe garantizar al menos hasta 2047.
El fin de semana pasado se daba a conocer que este año no se convocará la gran marcha de protesta que se venía celebrando cada día 1 de julio -aniversario del traspaso de la soberanía- desde 2003. El Frente de Derechos Humanos y Civiles de Hong Kong, el grupo que la organizaba, ha decidido que la situación es demasiado volátil desde la aprobación de la Ley de Seguridad Nacional. Este año tampoco se ha celebrado la vigilia tradicional del 4 de junio en el parque Victoria en memoria de las víctimas de la matanza de Tiananmen en 1989, la única que transcurría cada año en territorio chino.
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