No resulta muy simpático, pero sí hipnótico. Parece tener aires de superioridad y dibuja una expresión malcarada, o simplemente Michele Marullo Tarcaniota no necesitaba agradar a nadie y se muestra como es, sin ambages. Era de alta alcurnia, protegido de los Médici, poeta y soldado, un hombre del Renacimiento. Y así lo inmortalizó Sandro Botticelli (1445-1510) en una pintura muy distinta a las habituales del maestro florentino. Distinta por su “realismo”, por salirse de la idea de la hermosura “más estereotipada”, por mostrar a un personaje desafiante que persigue con su mirada al espectador, según explicó este martes el director del Museo de Bellas Artes de Valencia, Pablo González, con motivo de la presentación de la obra. A su lado, Francesc Guardans-Cambó asentía.
El representante de la familia propietaria del único retrato de Botticelli en España recordaba que de niño le daba un poco de pavor el cuadro colgado en el salón de la casa familiar. Desde allí parecía estar mirando a todos como la Mona Lisa, pero sin su sonrisa. Era “la joya” de la colección del abuelo, como lo definió el propio político, empresario y mecenas Francesc Cambó (Verges, 1876-Buenos Aires, 1947). Ahora se exhibirá en el museo valenciano durante tres años en virtud del contrato de comodato firmado por los propietarios y la Consejería de Cultura valenciana. Será un indudable atractivo para un museo que cuenta con una valiosa colección, siendo una de sus obras icónicas un autorretrato de Velázquez. El retrato renacentista fue ofrecido por sus propietarios al museo, de titularidad estatal y gestión autonómica, a través del departamento de Cultura.
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Guardans señaló que la elección de Valencia responde al “enorme trabajo” del museo y a la buena recepción del Gobierno regional. “Cuando hicimos la lista, este [museo] estaba en lo alto, porque mi abuelo hizo una gran donación de pintura a Cataluña [en el MNAC] y es el principal donante del Museo del Prado en la historia, por lo que nos ha parecido idóneo que fuera una ciudad como Valencia”, sostuvo. “Pocas veces hemos tenido una decisión tan fácil como la de traer el cuadro aquí”, añadió. En pocas horas, la consejería preparó los papeles del contrato.
El cuadro se exhibió entre 2004 y 2017 en el Museo del Prado. La familia decidió vender la obra, pero al estar protegida y declarada Interés Cultural (BIC) tiene una serie de limitaciones, como salir de España durante un tiempo prolongado, que han reducido el precio y las posibilidades de venta. El Prado no la adquirió. En 2019, la pintura se ofreció en la galería Trinity Fine Art durante la feria Frieze Masters de Londres por unos 27,3 millones de euros, una cantidad muy inferior a su valor real, pero tampoco encontró comprador. En enero, se vendió otro de los muy escasos retratos de Botticelli por 76 millones de euros en una subasta en Nueva York.
Ahora, el retrato de Michele Marullo Tarcaniota, pintado sobre 1491 y comprado por Cambó en 1927, se exhibe en la sala central, entre los retablos góticos tardíos y el inicio del Renacimiento. “Salen beneficiadas ambas temáticas porque dialogan y se podrá ver la realidad europea, pero también la realidad mediterránea y el humanismo florentino”, subrayó el director del museo.
El consejero de Cultura, Vicent Marzà, confirmó que el cuadro viajará en septiembre a una exposición en el museo Jacquemart-André de París y regresará en enero. Resaltó la relevancia de la obra, de la que dijo que puede ser un aliciente para “avanzar mucho más en que se reconozca como se merece al museo”. En esta línea, Carmen Amoraga, directora general de Patrimonio, señaló que el Bellas Artes está “en el corazón de la ciudad, pero le ha costado meterse en el corazón de los ciudadanos”, una situación que está cambiando, según apostilló. La pinacoteca recibirá en los próximos meses la valiosa donación de 41 obras flamencas del coleccionista alemán Hans Rudolf Gerstenmaier, fallecido el pasado 30 de enero en Madrid.
Francesc Guardans-Cambó no se pronunció sobre una posible ampliación del contrato de comodato. Tampoco se refirió a la pretensión de la familia de vender una obra que estaba guardada en un almacén antes de ser exhibida en Valencia con los honores de ser el único retrato en España del genio renacentista de Botticelli.
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