Ahora que ha comenzado oficialmente el verano y que el precio de la luz se sitúa en máximos históricos, es interesante conocer cuál es el consumo del ventilador y del aire acondicionado. El objetivo es doble: conseguir una temperatura agradable en casa y evitar que se dispare la factura de la luz.
Aire acondicionado V.S ventilador
Lo primero a tener en cuenta es que el aire acondicionado es un sistema mucho más eficaz ya que enfría el aire, mientras que el ventilador se limita a mover el aire caliente. Ahora bien, esta diferencia hay que pagarla.
Como resulta lógico, el aire acondicionado consume muchísima más energía que el ventilador. Según los expertos, el ventilador puede gastar hasta un 90% menos de energía, aunque esta cifra puede variar en función de numerosos factores: temperatura a la que se encienda el aire acondicionado, tiempo que está encendido cada aparato, modelo de ventilador…
El ventilador de techo es el mejor de todos porque crea una mayor sensación de frescor que el de pie. Consigue mover todo el aire de la habitación de una manera más natural y lenta, consiguiendo así un gran confort térmico.
Aunque es difícil decir exactamente cuánto puede subir la factura de la luz con el uso del ventilador y el aire acondicionado, Selectra ha calculado el gasto aproximado por 184 horas al mes:
- Ventilador de pie: 10,01 euros.
- Ventilador de techo: 17,16 euros.
- Aire acondicionado normal A+: 20,3 euros.
- Aire acondicionado inverter A+++: 13,87 euros.
- Aire acondicionado torre portátil: 25,74 euros.
Truco para que el ventilador enfríe
Si quieres evitar el consumo extra del aire acondicionado y que el ventilador enfríe la habitación, hay un truco muy sencillo que puedes poner en práctica sin gastar un solo euro.
Lo que necesitas es: un cuenco de metal, sal gorda y hielo. Lo primero es llenar el cuenco con hielo y sal. Luego, lo colocas delante del ventilador, de tal forma que el aire se dirija hacia el interior de la estancia. La sal mantiene el agua helada por debajo del punto de congelación.
Por último, hay algunos consejos que conviene recordar. Ventila toda la casa siempre a primera hora de la mañana, cuando la temperatura es más fresca, y luego baja las persianas y cerra las ventanas.
A la hora de darte una ducha para refrescarte, el agua nunca debe ser fría, sino templada. Si es fría, generas una reacción en el cuerpo por el contraste de temperatura entre éste y el agua, haciendo que la sensación de calor se dispare.
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