Puede resultar difícil imaginar en concreto cómo será el clima de España en las próximas décadas. Para 2100, ¿habremos logrado limitar los efectos del calentamiento global o las condiciones climáticas se habrán vuelto extremas y totalmente fuera de control? Pues todo apunta a que no, dado que un nuevo estudio ha revelado que el verano podría llegar a durar hasta seis meses y que el invierno apenas duraría 30 días.
El verano podría durar seis meses en España debido al cambio climático
Hasta hace algunos años podíamos decir que el verano duraba el período de tres meses que de hecho tiene establecido cada estación del año, pero de un tiempo a esta parte y debido al cambio climático, parece que los veranos serán cada vez más largos (algo que de hecho ya se experimenta ) y alcanzarán un periodo de hasta seis meses cuando lleguemos a 2100, convirtiéndose así en la «nueva normalidad» para el hemisferio norte, que es donde precisamente se sitúa España.
«Los veranos son cada vez más largos y cálidos, mientras que los inviernos son más cortos y cálidos debido al calentamiento global» , ha declarado Yuping Guan, oceanógrafo físico del Laboratorio Estatal Clave de Oceanografía Tropical, Instituto de Oceanología del Mar del Sur de China, Academia de Ciencias de China y autor principal del estudio que se publicó en Geophysical Research Letters, la revista de AGU que es una asociación sin ánimo de lucro que estudia la Tierra y el Espacio en beneficio de la humanidad.
Los resultados del estudio
Para el estudio, los investigadores usaron datos climáticos históricos diarios entre 1952 y 2011 con el fin de analizar los cambios en la duración y el inicio de las cuatro estaciones en el hemisferio norte y definieron el inicio del verano como el inicio de temperaturas un 25% más cálidas durante ese período de tiempo, ya que el invierno comenzó con temperaturas un 25% más frías. Tras haber hecho este análisis, el equipo utilizó modelos establecidos de cambio climático para predecir cómo iban a cambiar las estaciones en los próximos años.
Gracias al estudio se ha podido saber que el verano pasó de 78 a 95 días entre 1952 y 2011, mientras que el invierno se redujo de 76 a 73 días. Los períodos de primavera y otoño también se redujeron de 124 a 115 días y de 87 a 82 días, respectivamente, con la región mediterránea y la meseta tibetana como los territorios que han sufrido los mayores cambios en sus ciclos estacionales.
Si estas tendencias continúan sin ningún esfuerzo por mitigar el cambio climático, los investigadores predicen que para 2100, el invierno durará menos de 2 meses, y las estaciones de transición de primavera y otoño también se reducirán aún más para 2100. Esto provocará que el verano se extienda y pueda llegar a superar los seis meses al año. Para 2050 ya se espera que el verano dure cuatro meses y que el invierno apenas llegue a los dos meses.
Los riesgos a largo plazo
«Numerosos estudios ya han demostrado que los cambios de estaciones causan importantes riesgos para el medio ambiente y la salud «, dijo Guan. Por ejemplo, «las aves están cambiando sus patrones de migración y las plantas están emergiendo y floreciendo en diferentes momentos. Estos cambios fenológicos pueden crear discrepancias entre los animales y sus fuentes de alimento, alterando las comunidades ecológicas. Los cambios estacionales también pueden causar estragos en la agricultura, especialmente cuando los manantiales falsos o las tormentas de nieve tardías dañan las plantas que brotan. Además, con temporadas de crecimiento más largas, los humanos respirarán más polen que causa alergias, y los mosquitos portadores de enfermedades pueden expandir su área de distribución hacia el norte» añadió el científico.
Y según Congwen Zhu, investigador de monzones en el Laboratorio Estatal Clave de Clima Severo y el Instituto del Sistema Climático de la Academia China de Ciencias Meteorológicas, estos cambios en la duración de las estaciones podrían llevarnos a «eventos climáticos más severos».
«Un verano más cálido y más largo resultará en eventos de alta temperatura, olas de calor e incendios más frecuentes e intensos ” , dijo Zhu. Además, el hecho de tener inviernos más cálidos y cortos pueden causar inestabilidad que conduzca a rachas frías y tormentas invernales,»tal como sucedió recientemente en Texas e Israel», dijo el experto.
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