¿Creías que un virus zombi era solo cosa de las películas? Pues, aunque no sea exactamente lo mismo, sí que se han bautizado así a algunos de estos virus que, casi de manera literal, podrían convertir a ciertos seres en una especie de muertos vivientes o comportarse como tal, aunque hoy día no parece en realidad peligroso.
El virus más parecido a algo que podría convertir a un ser vivo en zombi se descubrió hace unos años en el permafrost de Siberia, en la estepa rusa. Ahí había sobrevivido uno de estos virus durante más de 30.000 años, y estaba intacto.
El virus zombi más peligroso encontrado jamás en el planeta
Este hallazgo sorprendió sobremanera a la comunidad científica, pues pudo haber evolucionado desde las primeras etapas de nuestro mundo, cuando la vida microbiana y los microorganismos eran los únicos capaces de sobrevivir en aquel prehistórico planeta.
Estos virus han sobrevivido durante miles de millones de años. De hecho, se han ido adaptando a las condiciones del planeta y se van haciendo resistentes para sobrevivir en diversas condiciones.
Tanto es así que el Pithovirus Sibericum lo ha logrado durante miles de años gracias a la Tierra congelada. Y eso que, pese a ser pequeño, posee 1,5 milésima de milímetro de longitud.
Sea como fuere, parece ser que este virus nunca necesitó de seres humanos y animales para sobrevivir. En realidad, se alimentaba de amebas, lo que le permitía replicarse.
Sea como fuere, ha permanecido vivo durante siglos y, ahora, con el calentamiento global y el nuevo escenario de un planeta cada vez más cálido, es capaz de volver a actuar.
En este caso, el virus aparece con apariencia de muerto, sin embargo, posee una capa proteínica que es capaz de resguardarlo en buen estado desde el exterior hasta encontrar una ameba a la que devora para alimentarse y replicarse.
Ahora, si se continua con la explotación petrolífera en la zona siberiana, este virus se podría reactivar, lo que tal vez tendría ciertos riesgos para el ser humano.
Hasta ahora ha estado hibernando durante miles de años. Sin embargo, al no ser muy conocido, podría desencadenar una epidemia que, tal vez, y no deja de ser una remota posibilidad, podría hacerlo mutar de forma no controlada capaz de poner en riesgo a la población mundial.
En verdad a veces es mejor dejar aquello que está dormido bajo el hielo tal cual, pues no sabemos qué peligros antediluvianos se esconden en nuestros suelos.
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