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Elena Sada cuenta cómo sobrevivió al reino de Marcial Maciel

En su libro Ave Negra, la regiomontana Elena Sada cuenta cómo fue su vida de consagrada dentro del Regnum Christi, movimiento fundado por el pederasta Marcial Maciel, que incluye la orden de los Legionarios de Cristo.

Sada califica a Maciel de “narcisista perverso manipulador“, quien logró engañar a mucha gente y señala cómo esta agrupación, en la época de Maciel, funcionaba con mecanismos propios de una secta.

A ella le tomó 10 años para desprogramarse mentalmente de esta organización que casi aniquila su conciencia y su libre albedrío.

Durante casi 20 años, Elena Sada, hija de una familia prominente de Monterrey, fue una consagrada del Regnum Christi, un movimiento fundado por el mexicano Marcial Maciel en 1959 y del que también forman parte los Legionarios de Cristo, orden de sacerdotes fundada en 1941 también por Maciel cuando éste era aún seminarista.

Incluso, una de slas funciones de Elena Sada era buscar nuevas vocaciones para este movimiento, que llegó a tener 50 mil miembros en 38 países.

En el 2010, el Vaticano emitió un comunicado condenando a Maciel como “inmoral” y reconociendo que habia cometido “verdaderos delitos”, en referencia a los numerosos abusos sexuales cometidos contra menores. Así también señala la ausencia de un “verdadero sentimiento religioso” en este sacerdote que murió en el 2008 sin reconocer sus faltas.

Actualmente, la congregación está en un proceso de reestructuracion completa luego de la visita apostólica dirigida por el Cardenal Velasio de Paolis entre el 2010 y el 2011.

Pero lo que Elena Sada cuenta en su libro Blackbird, o Ave Negra (Madreditorial), en su versión en español, es sobre todo cómo fue su vida dentro de una organización que por muchos aspectos puede semejarse a una secta, dirigida por un narcicista perverso manipulador que imprimió su sello en cascada.

 


Elena Sada actualmente vive en Connecticut, Estados Unidos, y es profesora universitaria. Pero fue una madrugada que, con 37 años de edad, practicamente huyó de la casa de las consagradas en Nueva York, en un acto de sobrevivencia. Le seguirán 10 años para comprender y reconstruirse.

Para Elena Sada, todos los ingredientes de una secta estaban reunidos en esta orden: culto exagerado a su fundador, secretismo, control de la intimidad, empleo de técnicas coercitivas, programacion mental, ruptura con el entorno familiar.

Pero, sobre todo, existía un mecanismo muy eficiente de control ideado por el fundador Maciel, la llamada “promesa privada”, un cuarto voto que los sacerdotes y hombres y mujeres consagradas prometían cumplir y era el de nunca criticar o decir nada malo de sus superiores. Les decían que era mejor obedecer a sus superiores y a través de varios mecanismos de lavado de cerebro, aniquilaban el libre albedrío de sus miembros.

Otro mecanismo que denuncia Elena Sada era el llamado “balance de equipo” en el que las consagradas, durante una reunión, se criticaban las unas a las otras, sus “faltas” de perfección espiritual. Con este “balance” se destruía la confianza de estas mujeres consagradas. Y con la promesa privada, nunca se lograba atar cabos si algún miembro cometía un delito. Los estatutos abarcaban numerosos detalles, todo era normalizado, cuántos minutos debía durar la ducha, cómo comer y comportarse en la mesa, qué decir y qué no decir, con quién hablar, etcétera.

El fundador Marcial Maciel presentaba esos preceptos y muchos otros a su comunidad como estatutos aprobados por el Vaticano, algo que nunca fue verdad; en realidad, Maciel presentaba a la Santa Sede una parte de los estatutos, pero no su totalidad y durante décadas funcionó así la agrupación.


Tanto el Regnum Christi como los Legionarios de Cristo actualmente están en un proceso de reformulación y de búsqueda.

Muchos miembros, abandonaron la agrupación, otros, los llamados “macielistas” han tardado en reconocer las faltas de su fundador y otros intentan reformar desde dentro esta agrupación, como la consagrada del Regnum Christi Adriana Lozano González, aunque recientemente Lozano pidió una dispensa de sus votos al encontrar muchas resistencias al interior.

En un informe reciente, los Legionarios de Cristo reconocen que 175 menores fueron víctimas de abuso sexual, abusos perpetrados por 33 sacerdotes legionarios. De estas víctimas, 60 fueron abusados por el Padre Maciel. Por el momento, sólo los nombres de los sacerdotes que estuvieron en funciones en Estados Unidos se han hecho públicos. Y muchas personas creen que el número de víctimas y de victimarios es aún mayor.

Y si bien Elena Sada no estuvo confrontada directamente con estos crímenes, le tomó mucho tiempo liberarse de esta organización que la formateó y que casi aniquila su propia conciencia.

Para ella, Marcial Maciel, quien falleció en el 2008 sin nunca reconocer sus faltas, era un narcisista perverso que logró engañar a miles de personas y constituir un sistema de “víctimas victimarios”.

El objetivo de su libro, además de contar su experiencia personal, es alertar sobre este tipo de trastorno, los narcisistas perversos, que puede haber no sólo en organizaciones, pero también en las familias.


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