BUENOS AIRES, Argentina – El senador argentino Esteban Bullrich, que padece esclerosis lateral amiotrófica (ELA), conmovió el jueves a toda la Cámara Alta con su mensaje de renuncia a su escaño, que abandona para cuidar su salud y dedicarse a realizar su aporte en la lucha contra esta enfermedad.
“Renuncio a mi banca con profunda tristeza”, dijo Bullrich, asistido por una aplicación para celulares que permitió reproducir su discurso y suele utilizar para poder hablar en público, debido a la dificultad para poder comunicarse provocada por la enfermedad, que le fue diagnosticada en 2020.
“Con todo el dolor del mundo y la frustración de no tener alternativa quiero anunciar mi renuncia al cargo de senador por la provincia de Buenos Aires. Ser parte del Senado de la Nación ha sido uno de los honores más grandes, impensados y desafiantes de mi vida política y en general”, expresó.
El legislador de la principal coalición opositora, Juntos por el Cambio, y exministro de Educación (2015-2017) estuvo acompañado por su esposa mientras sus hijos siguieron desde un palco el discurso, que emocionó hasta a las lágrimas a compañeros de partido y a otros legisladores.
“Aunque no me corresponde a mí hacerlo, me gustaría que se recordara de mi paso por este cuerpo por la búsqueda constante del consenso a través del diálogo entendido como una conducta activa de apertura y de generosa curiosidad en donde los participantes se abren a escuchar a las personas que tienen en frente”, afirmó Bullrich.
“Abandono los honores, pero no la lucha por un país mejor”, aseguró.
Cuando comenzó el juicio el 26 de octubre, la jueza ordenó el desalojo del acusado de la sala porque no paraba de maullar.
El senador decidió dejar su banca dos años antes de que termine su mandato para poder dedicarse a su familia y a la lucha contra la ELA.
Su última actividad legislativa fue pedir que se trate su proyecto de ley de educación inclusiva que busca “igualar oportunidades”.
Tras su discurso, el legislador por el oficialismo José Mayans propuso que no renuncie y pueda seguir trabajado desde su casa, e inclusive la vicepresidenta y quién dirige la Cámara Alta, Cristina Fernández de Kirchner, apoyó esa idea, pero la dejó en manos del Senado y del propio Bullrich, quien posteriormente confirmó no continuar en el cargo.
“El diálogo trasciende estas paredes, vivimos en un país enfocado en la grieta y el debate violento, en el que la gente escapa de la política, la desprecia y la condena. Un país donde la gente se recluye en lo privado, soltando el sueño de ser parte de una Argentina mejor”, manifestó Bullrich.
Luego de agradecer por el apoyo y las muestras de afecto, el parlamentario se retiró del recinto acompañado por su mujer, aplaudido y ovacionado por sus compañeros del senado.
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