Que la política y el corazón van de la mano no es ningún secreto. Después de las pasadas elecciones del 28 de mayo, están saliendo a la luz las ilusiones de algunos de los rostros más conocidos del panorama político nacional. Una vez que Almeida ha confirmado de forma pública que mantiene una relación sentimental con Teresa Urquijo, se ha desvelado el hombre que habría conquistado el corazón de Andrea Levy, delegada del Área de Gobierno de Cultura, Turismo y Deporte.
Se trata de Emilio Froján, a quien habría conocido hace unos meses en un foro de empresarios y con el que se dejó ver el pasado lunes en un partido Valladolid-Getafe. Con 32 años, y gracias a su marca de motos eléctricas Velca, se coronó en 2020 como una de las 100 personas más creativas de España según la revista Forbes, además de recibir el premio nacional de Marketing a la mejor marca de motos eléctricas de Europa en los Global Green Business Awards. «La contaminación del aire provoca veinte veces más muertes que los accidentes de tráfico. Nos importa mucho la acción climática, pero incluso más la salud de las personas. Ahora estamos trabajando en crear bicis eléctricas, que son incluso más sostenibles que las motos», dijo para LOC. Una idea que surgió de la experiencia en el sector y, en plena pandemia, decidió que era el momento de cumplir su propósito y colgarse la etiqueta de empresario a lo grande. «Empezamos en una plaza de garaje, no un garaje entero», dijo para la revista, confesando que el nombre elegido fue en honor a Belka, el primer animal enviado al espacio del que el ser humano se preocupó en devolver con vida.
Emilio Froján, la nueva ilusión de la concejala, nació en un pueblo de Galicia, Caldas de Reis y, cuando alcanzó la mayoría de edad, se mudó a Santiago para comenzar a estudiar en la universidad. Sus padres, tal y como él mismo aseguró al medio, le inculcaron valores como «la generosidad, el esfuerzo y el compromiso». Antes de embarcarse en la aventura de su vida de la mano de Velca, estuvo trabajando en Madrid y en Alemania fabricando patinetes eléctricos: «Siempre me gustaron los sitios con autonomía, con estructuras pequeñas, donde puedes equivocarte, viajar, no encasillarte, innovar y emprender. Eso son las startup, que acaban siendo empresas». Una vida caótica en la que no había hueco (ni tiempo) para el amor, y así dejó constancia él mismo. Unas palabras que parecen haber dado un giro de 180 grados después de conocer a Andrea Levy, con la que ha decidido compartir la vida.
Y, probablemente lo que le ha terminado uniendo a la política haya sido su vocación en este ámbito, pues él mismo contó en una entrevista a La Voz que había estado muy vinculado al sindicalismo estudiantil, aunque nunca quiso mojarse en cuanto a ideas se refiere: «Me llevo bien con todos y tengo fama de no casarme con nadie». Tanto es así que consiguió fundar Aiesec, la asociación de estudiantes más grande del mundo.