“Es claro que en un gran sector de Tamaulipas, de Guanajuato, de Sinaloa, de Sonora, de Chihuahua y, particularmente, Quintana Roo, hemos venido perdiendo gobernabilidad. No hay presencia del Estado, y lo que ha privado ahí es el terrorismo”: Reyes Orona.
Tras el ataque armado a integrantes de la familia LeBarón, que dejó como saldo nueve personas muertas, Alfredo Figueroa dijo coincidir con la perspectiva de Julián LeBarón, quien considera que la sociedad mexicana, en su conjunto, tiene un grado de corresponsabilidad en la violencia que se vive en México.
“Todos somos cómplices porque no hemos hecho lo suficiente para construir un gobierno y un Estado, antes y ahora, que sea capaz de responder algunas preguntas: ¿quién protege a estos grupos de criminales? ¿cómo actúan? ¿a qué nivel (de gobierno) están vinculados, al estatal, al federal?”.
Durante su participación en la Mesa de Análisis de Aristegui en Vivo, Figueroa dijo que, en la medida en que, como país, como sociedad o como gobierno, seamos incapaces de responder esas preguntas, “con autonomía de las banderas que cada quien tenga en su balcón”, existirá una complicidad en este tipo de hechos, “que no deben ser normalizados en la vida pública del país”.
Figueroa consideró indispensable que la sociedad mexicana haga un alto, y comience a concebir los problemas sociales “más allá de buenos y malos, de los que están conmigo o en mi contra”, y cuestionar qué elementos de la estrategia de combate a la violencia son insuficientes o incorrectos.
“La sociedad tiene que involucrarse en la defensa de este tipo de temas, y no convendría tener a una sociedad polarizada y dividida, con una película de buenos y malos, cuando el problema es de una enorme magnitud”.
Gobierno de México debe reconocer “terrorismo doméstico”
Para Gabriel Reyes Orona, actos de violencia intimidatoria como el ataque a integrantes de la familia LeBarón, o las agresiones a civiles en Culiacán durante el fallido operativo de captura de Ovidio Guzmán, debería de llevar al Estado mexicano a analizar las dimensiones del terrorismo doméstico.
“Es muy importante definir el terrorismo, no solamente bajo la definición que tenemos en el Código Penal Federal, que es muy clara: un conjunto de acciones deliberadas tendientes a conseguir un objetivo o un fin, que es la inestabilidad del Estado y de las instituciones públicas, pero tenemos que definir que tenemos terrorismo doméstico”.
Explicó que el gobierno mexicano siempre ha sido renuente a reconocer el terrorismo doméstico, porque tiene muchas implicaciones como mediciones y sanciones del exterior, así como una colaboración obligada con gobiernos de otros países.
En este sentido, consideró prioritario reconocer que el Estado mexicano ha venido perdiendo “sistemática y gradualmente” la gobernabilidad en extensiones importantes del país.
“Es claro que en un gran sector de Tamaulipas, de Guanajuato, de Sinaloa, de Sonora, de Chihuahua y, particularmente, Quintana Roo, hemos venido perdiendo gobernabilidad. No hay presencia del Estado, y lo que ha privado ahí es el terrorismo”.
Ve la primera parte de la Mesa de análisis de este miércoles: