Durante la pandemia del coronavirus, el teletrabajo alcanzó las cotas más elevadas de su historia. Durante el segundo trimestre de 2020, más de tres millones de personas trabajaron desde sus hogares. Año y medio después esta realidad es muy distinta. La vuelta a la oficina se ha impuesto frente al teletrabajo, aunque 6 de cada 10 trabajadores prefiere un modelo híbrido, según el último estudio publicado por Adecco. EL PAÍS ha acompañado a dos empleadas de una empresa que ha apostado por un modelo flexible, mezclando la presencialidad y la actividad a distancia desde cualquier lugar que el trabajador elija.
Nuria González, directora de soluciones innovadoras de Novartis Farmacéutica, empieza el día desayunando en la cocina de su madre, enfermera jubilada de 70 años que debido a una caída está inmovilizada: “Hace dos años esto sería impensable, trabajar y atender a mi madre en los descansos”. Raquel Coca, directora de innovación y operaciones para el cliente de Novartis Oncología, desayuna con sus hijos pequeños a las ocho de la mañana en su casa de Villaviciosa de Odón, Madrid. Está amaneciendo cuando encara la M-30 y tras 45 minutos de trayecto llega a la oficina: “Si hay atasco, voy haciendo reuniones con el manos libres desde el coche, así no pierdo el tiempo”.
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El año 2021 comenzó con datos esperanzadores para el teletrabajo debido a la tercera ola. La vacunación y el descenso en los contagios bajaron un poco la cifra, pero aun así mejora la existente antes del confinamiento. Según datos del Instituto Nacional de Estadística (INE), durante el primer semestre de 2021, un 35,3% de los trabajadores tiene previsto recurrir al teletrabajo. Un porcentaje más bajo del que lo utilizó durante el estado de alarma, que subió al 46,7%, si bien sigue siendo superior al usado antes de la pandemia, un 31,3%.
Después de varias reuniones virtuales, González se desplaza a su casa para comer con sus hijos. “Se habla mucho de la conciliación cuando tienes hijos pequeños, pero en mi caso es más importante estar presente en la adolescencia”. Coca valora de forma muy positiva volver al trabajo presencial porque, en su caso, favorece la concentración y las relaciones personales. “Yo quiero que mis hijos sean autónomos. Desde este punto de vista educacional, creo que mi vuelta a la oficina les beneficia”.
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Los empleados españoles prefieren un modelo flexible a la hora de desempeñar sus tareas. Según el estudio Resetting Normal: redefiniendo la nueva era del trabajo, publicado por Adecco en septiembre, 7 de cada 10 empleados españoles (71%) aseguran tener ya un espacio adecuado en el que trabajar fuera de su entorno laboral; y además, preferirían completar el 40% de su jornada a distancia. Sin embargo, menos de la mitad (48%) son optimistas y creen que su empresa optará finalmente por su sistema rígido.
El teletrabajo requiere un esfuerzo extra para mantener vivo el vínculo entre jefe y colaborador. Así lo cree González, que dedica las tardes a realizar llamadas individuales a su equipo. Por otro lado, el trabajo presencial facilita el aprendizaje, según la experiencia de Coca con los becarios de su departamento: “Lo que se aprende en una semana en la oficina, en virtual puede ser un mes”.
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Créditos
Agradecimientos: NOVARTIS
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