Durante una diligencia en seguimiento al secuestro de una mujer y su hija, elementos de la Fiscalía del Estado encontraron una pala y tierra removida, “fue entonces que se estableció la presunción de que había algo más”, explicó Gustavo Adrián Joya.
Gustavo Adrián Joya Cervera, director general de Procedimientos Penales de la Fiscalía de Colima, confirmó en entrevista para #AristeguiEnVivo, que ya se realizan los dictámenes necesarios, entre ellos pruebas de ADN, para obtener un perfil genético de los 69 cadáveres hallados en 49 fosas localizadas en el municipio de Tecomán, Colima.
“Queremos ponerle nombre y apellido a esos cadáveres. Tenemos la premisa de establecer por qué murieron, dónde y quién los mató“, señaló Joya Cervera.
Explicó que el hallazgo se dio durante dos diligencias de la Fiscalía General del Estado, las cuales fueron realizadas en seguimiento a una investigación del secuestro de una mujer y su hija.
“Cuando el personal pudo identificar el lugar en donde tenían en cautiverio a la personas, al hacer la inspección, se encontró también evidencia de las fosas”.
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Durante una primera diligencia realizada el pasado domingo 3 de febrero, las autoridades encontraron 11 fosas en el predio donde la víctima de secuestro permanecía en cautiverio. En esas fosas se encontraron los primeros 19 cadáveres.
Cuando los elementos de seguridad llegaron al primer lugar, los responsables que mantenían a la mujer privada de su libertad, ya se habían ido pero fue entonces que se “localizó una pala y tierra removida. Fue entonces que se estableció la presunción de que había algo más”, señaló Joya Cervera.
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En el proceso, se comprobó que el en predio aledaño también había posibilidad de encontrar más fosas por lo que las autoridades se dirigieron ante el Juez de Control para solicitar una segunda orden de cateo. Fue entonces que se localizaron 38 fosas más y 59 cadáveres, los cuales se recuperaron el pasado lunes 11 de febrero.
El funcionario señaló que los primeros análisis sobre los cuerpos hallados en las 49 fosas clandestinas de Tecomán, Colima, revelan que estos llevaban enterrados entre uno y cinco años, por lo que la prioridad es identificar a las víctimas.
