Por Brandon J. Celaya Torres
Si todos los perros y gatos que están en situación de calle decidieran reunirse en el Zócalo de la Ciudad de México podrían llenarlo hasta diez veces. Según cifras del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI), el 70 por ciento de estos caninos y felinos en el país no tienen hogar.
Esto equivaldría a una población de aproximadamente 16 millones 100 mil, apenas 892 mil por debajo de la entidad más poblada del país: el Estado de México.
De hecho, si todos los perros y gatos callejeros tuvieran su propio estado, este sería el segundo más poblado de todo México.
El abandono de animales se agudizó durante la pandemia originada por el Covid–19. Según reporta El Economista, este fenómeno aumentó 15 por ciento en México desde el inicio de la crisis sanitaria. Más de la mitad reportó abandonar a sus mascotas porque “ya no los querían”, según este medio.
El portal Mexperience consigna que los perros callejeros en México son maltratados asiduamente: “La reacción común es que eviten a los humanos, probablemente como respuesta condicionada por ser pateados o apedreados frecuentemente”.
El maltrato animal en México se extiende más allá de los perros y gatos. En 2022, se viralizaron videos de personas hiriendo osos, toros, burros y hasta jaguares.
De 2020 a 2022, el Consejo Ciudadano para la Seguridad y Justicia ha recibido más de 17 mil 600 reportes por maltrato animal, tan solo en la Ciudad de México. De éstas, el 87 por ciento se relacionan con perros.
En 2018, el Senado de la República reportó un estimado de un millón de mascotas maltratadas a diario.
Según la organización AnimaNaturalis, México ocupa el tercer lugar a nivel mundial en incidencia de maltrato animal. “Siete de cada diez animales domésticos sufren maltrato y mueren al año aproximadamente 60 mil animales por esta causa”, señala.
A pesar de las altas cifras de maltrato animal, en México solo existe una sentencia condenatoria por este delito. Esta condena se dio por el envenenamiento de los perritos Athos y Tango en Querétaro.
La psicoterapeuta Nelly Glatt escribe en el blog de Anima Naturalis que el maltrato animal es un factor que predispone a la violencia social y, al mismo tiempo, una consecuencia de la misma.
“Debe hacerse énfasis en que la detección, prevención y tratamiento de la violencia hacia los animales es un acto de humanidad en sí mismo. Los animales son criaturas que se encuentran, en relación al ser humano, en un nivel de inferioridad dentro de la escala evolutiva; esto nos hace responsables de su bienestar, ya que tener supremacía lleva consigo una obligación, una responsabilidad, que es la de cumplir como guardián de las especies inferiores en términos intelectuales”, escribe la experta.
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