Por su parte, el escritor Fabrizio Mejía señaló que se deben revisar y castigar los embates que se hicieron en el pasado en la petrolera, “al menos para inhibirlos en un futuro”.
La periodista Ana Lilia Pérez Mendoza señaló que la pérdida de 346 mil 135 millones de pesos en Petróleos Mexicanos (Pemex) se debe a la baja en el valor de exportaciones de crudo, la calidad en la venta de gasolinas y la caída en la mezcla mexicana de exportación. A estos tres factores se añadió la manera de cómo se está conduciendo a la empresa, la cual, dijo, “parece no ser la más adecuada y sin duda, ante estas cifras es emergente que se corrijan algunas situaciones”.
El jueves, la petrolera reportó que en el cuatro trimestre de 2019 tuvo una disminución de 169 mil 768 millones de pesos, un 8.0 por ciento por arriba de la pérdida de 157 mil 330 millones de pesos observada en el mismo periodo de 2018. En el informe también señaló que sus ventas totales disminuyeron 21.6 por ciento en los últimos tres meses del año pasado, al finalizar en 320 mil 87 millones de pesos.
“Hay una ausencia todavía de controles estrictos en las mediciones de producción y que tiene que ver con todo el rezago tecnológico que se ha tenido a lo largo de muchos años, en el cual mucho del manejo de Pemex, a través de sus distintas subsidiarias, se ha hecho de manera discrecional”, sostuvo Pérez Mendoza.
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Al mismo tiempo sostuvo que esto se acentúa en los periodos en los cuales la producción y operación de la petrolera ha estado más vulnerable, como el ciberataque que se registró en noviembre del años pasado, del cual expresó “tiene que ver con un tema de sabotaje que ha habido en distintas áreas de Pemex”. Y criticó que aún ahora no hay una suficiente coordinación entre las diferentes áreas directivas de la petrolera.
“El término sabotaje ha sido algo muy frecuente en distintas áreas de Petróleos Mexicanos tanto en la operativa con en el día a día, el cómo todavía están enquistados en la empresa muchos grupos de poderes fácticos que han visto afectadas sus operaciones irregulares”, expuso.
“Me refiero a todo este sistema en el que se convirtió el robo de combustible, de que todo partía desde la entrañas de Pemex y todavía hay grupos en esta disputa de poder que no están dispuestos a perder sus privilegios”, agregó.
Todo esto, acotó, hace que el combate a la corrupción planteado por el gobierno de Andrés Manuel López Obrador, aunque es plausible, no se ve reflejado en cifras positivas.
“Este es un caso en el cual el gobierno actual sí debería plantearse, desde mi punto de vista, a mirar al pasado, a pesar de esta disposición que ha planteado el presidente de mirar hacia adelante. Sobre todo en el caso de Pemex, yo considero que sí es necesario que se ponga especial atención en todo lo que ocurre dentro y la relación entre Pemex y sus diversos contratistas”, comentó.
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“Cuando se tiene al enemigo en casa, difícilmente se puede sacar adelante una empresa que sea productiva y limpia en todas sus prácticas. Aquí esto sí nos llevaría a una revisión muy cuidadosa tanto de cómo se están llevando los procesos internos y el rezago que hay en materia tecnológica”, abundó.
Ana Lilia Pérez consideró que si realmente se abrieran investigaciones en torno al uso y abuso que ha habido en el patrimonio de Pemex, habría materia suficiente para tener un proceso mucho más potente incluso que el maxiproceso que se tuvo en Italia, ya que este caso conjunta prácticas que no solo tienen que ver con corrupción de altos funcionarios, sino con elementos de delincuencia organizada que involucra tanto a agentes y exagentes del Estado, empresas privadas, así como uso de empresas fachada y de facturas falsas.
“Todo esto que se discute en la agenda legislativa para combatir al crimen organizado, todo se conjuga en Pemex y me parece que este tipo de investigaciones también tendrían que llevarse adelante con un objetivo de retribuir al pueblo lo robado porque finalmente son recursos públicos que han salido de Pemex que han construido grandes emporios privados o el patrimonio mal habido de funcionarios públicos que sí deberían retribuirse a las arcas para sanear un poco de esta difícil situación que está enfrentando Pemex”, subrayó.
Por su parte, el escritor Fabrizio Mejía dijo que el escenario ante el cual estamos es “una empresa que durante los últimos 10 años fue fraccionada, tratada de vender y fue permeada por la corrupción de firmas privadas más un sindicato cuyo liderazgo es profundamente corrupto”.
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Sostuvo que la caída que se informó ayer, más el hackeo, son parte de los resultados de tratar de rescatar a la empresa que estuvo al borde de quebrar pues “había sufrido todos los embates posibles de la privatización, que incluye todos estos contratos que están nucleados mediáticamente en Emilio Lozoya, pero que vienen de mucho atrás”.
“Habría que revisar y castigar al menos para inhibirlos en un futuro”, sugirió.