El presidente Andrés Manuel López Obrador se reunirá con su homólogo estadounidense, Joe Biden, el martes para discutir formas de detener los cruces migratorios de mexicanos, abordando empleo e inversión, en momentos en que las detenciones en la frontera entre ambos países están en su nivel más alto en más de una década.
El mandatario mexicano anunció la reunión el mes pasado justo antes de la Cumbre de las Américas organizada por Estados Unidos en Los Ángeles, a la que no asistió porque se excluyó a algunos países latinoamericanos de tendencia izquierdista.
Este lunes, durante su conferencia en Palacio Nacional, López Obrador dijo que saldrá hoy a las 10:30.
La mayoría de los gobiernos en la cumbre, incluido México, firmaron una declaración destinada a ayudar a la región a regular los flujos migratorios, y un alto funcionario de la administración Biden aseguró que las conversaciones tienen como objetivo aprovechar esos compromisos compartidos.
Los acuerdos no incluyeron ninguna promesa estadounidense de visas de trabajo adicionales para mexicanos, y eso formará parte de las discusiones entre López Obrador con Biden, dijeron dos funcionarios mexicanos, que hablaron bajo condición de anonimato por no estar autorizados a declarar sobre el tema.
López Obrador aseguró a mediados de la semana pasada que había una grave escasez de trabajadores en Estados Unidos y que buscaría encontrar una solución con Biden en interés de ambos países durante la visita, la segunda a Washington desde que Biden asumió el cargo en enero de 2021.
“Mi planteamiento es: vamos a ponernos de acuerdo en lo laboral y vamos a ordenar el flujo migratorio, y vamos a legalizar la contratación de trabajadores”, sostuvo López Obrador en su habitual rueda de prensa matutina.
“Que no sea un asunto de particulares, de traficantes de personas, de ‘polleros’, de empleadores sin escrúpulos, sino que sea un asunto de gobiernos”, agregó.
Los legisladores republicanos han culpado a Joe Biden por el aumento del número de inmigrantes antes de las próximas elecciones en Estados Unidos y Texas, en particular, ha tratado de tomar la iniciativa para tomar medidas enérgicas contra los cruces fronterizos ilegales.
López Obrador criticó el viernes a Texas por una de sus recientes medidas de represión y dijo que instaría a las personas de origen mexicano en Estados Unidos a no votar por candidatos o partidos “antimigrantes” en las próximas elecciones.
Los dos líderes también darán a conocer acuerdos comerciales que estimularán la inversión y el empleo en México, dijo uno de los funcionarios mexicanos consultados por Reuters.
El alto funcionario estadounidense aseguró a Reuters que se espera que las conversaciones muestren “algún progreso” en la resolución de los problemas que las empresas estadounidenses han enfrentado en el sector energético de México.
Ken Salazar, embajador de Estados Unidos en México, sostuvo en junio que ambas partes estaban trabajando en tales disputas que involucran más de 30,000 millones de dólares en inversiones.
El secretario de Gobernación mexicano aseguró en junio que Estados Unidos había acordado ofrecer 300 mil visas de trabajo, aproximadamente la mitad para mexicanos y el resto para centroamericanos.
El gobierno de Estados Unidos no ha confirmado las cifras. De ser exactos, todavía estarían muy por debajo de los flujos de migrantes que actualmente cruzan la frontera.
El funcionario estadounidense, que habló bajo condición de anonimato, dijo que “promover vías laborales” sería una parte clave de las discusiones en la Casa Blanca, pero se negó a dar detalles.
Los peligros del viaje que emprenden los migrantes quedaron de manifiesto a fines de junio cuando más de 50 murieron asfixiados en un remolque de un tráiler encontrado en las afueras de San Antonio, Texas, el caso de tráfico de personas más letal en la historia moderna de Estados Unidos.
Francisco Díaz, cuyo hermano estaba entre los mexicanos que murieron en la tragedia, dijo que la oportunidad de mejores salarios seguía siendo un poderoso atractivo para sus compatriotas.
“Todos los jóvenes quieren ir por el sueño americano”, contó Díaz a Reuters, en su casa ubicada en Santa María Tlahuitoltepec, un pequeño poblado indígena en las montañas de Oaxaca, al sur de México.
El incremento de detenciones en la frontera de Estados Unidos refleja, en parte, el hecho de que la economía mexicana -que aún no alcanza niveles previos a la pandemia del coronavirus- lucha por crear empleos mientras que la violencia está tocando niveles sin precedentes.
“La demanda en México por ir al norte ha aumentado rápidamente”, opinó Andrew Selee, presidente del Instituto de Política Migratoria, señalando los problemas económicos y la violencia de las pandillas. (Rts)
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